Por: Luis Ordoñez
“Al parecer, en San Martín, los adicionales en los presupuestos de las obras civiles son indispensables; sino, los acabados son pésimos”, comenta un ciudadano al grupo, mientras bebe café caliente. Luego de una pausa continúa: “Acabo de retornar de Chazuta. La pavimentación de ésta vía era necesaria. ¿Hasta cuándo se la terminará? Pero, lo que me molesta es el pésimo criterio que ha planteado el proyectista, al considerar “badenes” en V, como hicieron en algún tiempo en la carretera afirmada que conducía a San José de Sisa, bueno, aunque no estaba bien, como la vía casi siempre estaba deteriorada, con infinidad de huecos, la velocidad que imprimían los vehículos era mínima; pero, en una carretera pavimentada donde la velocidad de los vehículos es necesariamente mayor ¿cómo se le ocurre hacer este tipo de badenes en V?, por favor. Primero hay un proyectista.
Hay un evaluador. Hay quienes aprueban. Hay supervisor. Hay constructor, como siempre en San Martín, solicitando los respectivos adicionales, porque al parecer aquí ya se ha hecho costumbre” “¿Y las autoridades locales, las que disponen del presupuesto, no dicen nada, para ellas estos badenes en V en una carretera pavimentada está bien?” interroga otro integrante del grupo.
“Ese no es nada amigos, añade otro ciudadano, en el corazón de Tarapoto, en el jirón Jiménez Pimentel, en el centro de la pista, existen cráteres de buzones de desagüe. ¿Cómo se le ocurre al diseñador dejar esos huecos en plena pista pavimentada? ¿Por qué hizo eso? ¿Para justificar otro adicional? Al parecer, esa obra fue hecha como continuación de la hermosa pavimentación que conduce al aeropuerto de Tarapoto; pero, los pobres pasajeros tienen que estar soportando esos estrepitosos declives justamente cuando ingresan al centro mismo de la ciudad ¿No hubo supervisión al construir la obra? ¿No hubo ni hay autoridades? ¿No se aprobó el adicional?”
“La Circunvalación de Tarapoto es otra perlita, agrega otro ciudadano del grupo. En realidad la población desconoce el monto del presupuesto empleado. También desconoce si hubo o no algún adicional. Porque esta importante obra, debía haberse construido de mejor manera, con un acabado arquitectónico. Si bien la obra es buena, pero no es bonita”… “ ¡Cómo va ser buena esta obra si se está destrozando a pedazos en pocos años de construida!, interviene un amigo. Mire usted en el cruce con el jirón Alerta, con montículos de pavimento en el centro mismo de la pista, que provoca desequilibro y el inminente malestar de los conductores.
Mire usted en las dos últimas cuadras para llegar al jirón Lima, toda la pista está deteriorada, como si los enemigos nucleares hubiesen enviado la bomba atómica, donde se muestra a las claras la mala obra hecha, donde resalta la finísima capa de pavimento empleada, donde la tierra está expuesta al sol en plena pista, donde la fina capa de pavimento se arruga como piel de elefante y se infla como globo ante el sol abrasador del medio día ¿Qué pasó? ¿Por qué no se hizo una buena obra? ¿Qué culpa tiene la población de merecerse obras de esta naturaleza? ¿Faltó el presupuesto adicional?”.