Se ha definido que ni Julio Guzmán y ni César Acuña continúen en el presente proceso. Han saltado muchos a señalar que los principales favorecidos con tal determinación son los apristas y fujimoristas, sin embargo en las encuestas que se han podido observar al poco de esta decisión del ente electoral, Alan baja al quinto lugar de las preferencias, Toledo no abandona su dos por ciento y Keiko si sube, pero apenas un 5%.
Es decir, el respeto a la norma ha determinado un incremento de candidatos que han perseguido la legalidad como Barnechea, Verónika Mendoza y PPK. Los demás empiezan a quedar rezagados, por lo que el aprismo, a pesar de lo que digan sus ridículas encuestadoras, no sube ni así llore el Cristo de Chorrillos.
Lo que me llama la atención es en dónde están esos cientos de miles de peruanos que optaban por Julio Guzmán y de quienes se anunció que iban a promover protestas para hacer respetar la decisión de una mayoría, pero… nadie sale a la calle, ni lo respalda. Si es que una situación parecida hubiese pasado con el Humala del 2011, estoy seguro que habrían tenido que suspenderse las elecciones. Pero Guzmán, cada vez tengo más certeza, fue un producto de la derecha.
Con toda la polémica que ha existido, si Guzmán hubiese seguido en carrera, diese carta blanca para que se presente cualquier mamarracho al JNE y al día siguiente eres candidato sin bases, sin organización y sin capacidad para gobernar. He ahí el punto creo.
La Ley de Partidos Políticos no solo sirve para cerrar las puertas a los candidatos que no cumplan las normas, sino que al no permitir la participación de organizaciones que no están debidamente formadas, evita que la improvisación llegue al gobierno.
Por otro lado, el APRA no va a ganar, ni va a subir. No va a pasar eso porque Guzmán no postule. Y dudo que Keiko Fujimori obtenga un mejor resultado. Así que para la próxima Guzmán debe prepararse y saber bien su propuesta, pues esta vez los primeros dos meses llenos de contradicciones, solo demostraron improvisación.
También se le ha quitado al candidato la carta libre para regalar dinero y promover el clientelismo. Muchos estarán atentos a quien quiera ejercer dicha práctica… Hay cosas saludables que han sucedido con las últimas determinaciones. Como un pacto con el futuro, y eso es saludable destacar.
Con las dos resoluciones, el clientelismo será denunciable y no veremos más mítines bingo, como los que se acostumbraba para llenar plazas.