Los proyectos REDD+ son una alianza público-privada estratégica que permite una gestión efectiva y sostenible de las áreas naturales protegidas a cambio de la emisión de “créditos de carbono”.
Por: José Vadillo Vila
Se llama REDD+ y es un mecanismo implementado desde hace 12 años en el Perú. Permite la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en los bosques, por medio del desarrollo de iniciativas en pro de las áreas naturales protegidas (ANP).
Estos proyectos de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los Bosques, o REDD+, son parte de los esfuerzos de la mitigación frente al cambio climático, que tiene dos líneas de acción: 1) adaptación y 2) mitigación.
Mitigación
El responsable de Gestión Participativa del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), Marco Arenas, recuerda que en el caso de la mitigación se la asocia como principales emisores de la quema del CO2 al parque motor de Lima o a la actividad industrial.
Sin embargo, el 47% de la emisión de estos gases de efecto invernadero en el país se producen en la selva. Esto debido a actividades como la tala ilegal, la minería ilegal y el “cambio de uso de suelo”, cuando el bosque amazónico se convierte en una chacra.
Desde el inicio de la emergencia sanitaria por la pandemia se han incrementado las tasas de deforestación por el aumento de la llamada agricultura migratoria o de colonos. Ellos están cambiando los usos de suelos de los territorios adyacentes al Parque Nacional Cordillera Azul, por ejemplo; si no se realizan acciones, afectarán al bosque. Otros migrantes son reclutados para trabajar en la tala ilegal, minería ilegal o el narcotráfico.
Frente a ello, los proyectos REDD+ permiten reducir esta emisión del CO2 producida por la deforestación. Primero, Sernanp delimita un área de las ANP con alguna amenaza y con el mecanismo REDD+ podrá desarrollar una serie de estrategias para reducir esta amenaza. Para ello, se hace un cálculo de cuánto de CO2 que podría emitirse al aire hay en estos bosques. En esa área delimitada se desarrollarán proyectos de conservación y reforestación, gracias a los “créditos de carbono”.
Los “créditos de carbono” cuantifican la emisión de una tonelada de CO2 que se ahorra y queda guardada en nuestros bosques amazónicos. Este servicio ecosistémico público lo administra el Estado peruano.
Las grandes empresas, entre ellas las del rubro automotriz o aerolíneas, que son grandes emisores de los gases de efecto invernadero, compran estos créditos para considerarse “carbonos neutrales”, financiando en América Latina proyectos para evitar las amenazas a los bosques y que, finalmente, no se emitan estos gases perniciosos para el ambiente. Permiten, así, la recuperación de estas áreas.
Lo avanzado
En estos 12 años, el proyecto REDD+ ha evitado la deforestación de 95,053 hectáreas de bosques amazónicos, por las cuales el Perú ha generado 36.6 millones de créditos de carbono, las que han permitido financiar la gestión en cuatro ANP.
En la actualidad, los proyectos de carbono continúan y sus precios también suben. El Estado, que es el titular de los créditos de carbono, cuantifica y comercializa su stock de créditos de carbono por medio del Sernanp.
¿Cómo se trabaja?
La Ley de Mecanismos de Retribución por Servicios Ecosistémicos, Ley N° 30215, permite conocer quién es el “contribuyente” y quién el “retribuyente”.
El contribuyente realiza acciones para conservar el servicio ecosistémico, como la regulación hídrica o la captura de carbono. Por ejemplo, son contribuyentes quienes conservan los ecosistemas en la cuenca alta del río Cañete, en Ica. En este ejemplo, los retribuyentes serían los agroexportadores, los restaurantes o quienes consumen el agua potable en la ciudad de Cañete.
En el caso de la selva amazónica.
El contribuyente es el Estado, el cual toma acciones para que no se emita el carbono y el retribuyente serían las empresas que tienen crédito por hacer carbono neutral. Uno de los más grandes compradores que tiene el Perú es la compañía Walt Disney.
La innovación que dio el país hace más de una década fue el “contrato de administración”. Por él, una oenegé sin fines de lucro y con experiencia en la conservación del medioambiente administra junto con el Estado un área protegida.
Dicha organización se encargará de ofrecer resultados en algunas líneas de acción delimitadas por Sernanp, como la vigilancia, la restauración de áreas degradadas, la investigación o el programa de educación ambiental, entre otros. A su vez, estas organizaciones presentan mecanismos de financiamiento.
Es aquí donde entra el proyecto REDD+ con sus créditos de carbono, autorizados por el Sernanp.
Los contratos de estos proyectos son a 20 años. Por lo menos cada seis meses, Sernanp realiza reuniones para ver cómo va el desarrollo de los proyectos presentados por las oenegés. Además, el gerente del contrato trabaja de la mano con el jefe del ANP.
Reactivación económica
Arenas recuerda que todo el dinero recaudado por los créditos de carbono se invierte en los proyectos de conservación, permitiendo sumar más guardaparques a las ANP o contar con más proyectos para la población local, lo que contribuye a la reactivación económica. Estos créditos de carbonos se pierden cada vez que alguien deforesta.
El Perú fue el pionero en América Latina con los proyectos REDD+.
Hoy, se cuenta con tres proyectos de este tipo en cuatro áreas protegidas: dos en la región San Martín (en el Parque Nacional Cordillera Azul y en el Bosque de Protección Alto Mayo) y uno en Madre de Dios, en la Reserva Nacional de Tambopata y en una parte del Parque Nacional Bahuaja Sonene.
En la actualidad, estos proyectos se conocen como “iniciativas tempranas” (IT). Arenas comenta que en la actualidad el Estado desarrolla una REDD+ nacional. Las iniciativas peruanas se tendrán que armonizar bajo este proyecto de mirada nacional.
Datos:
El Parque Nacional Cordillera Azul (San Martín, Huánuco, Loreto, Ucayali) es reconocido en la Lista Verde de la UICN. Se han creado 688 puestos de trabajo (39% para mujeres).
4,269 familias de 36 comunidades tienen un Plan de Vida establecido; 800 familias de 5 comunidades cuentan con escuelas mejoradas, y 166 comunidades, un mejor acceso al agua.
5 a 7 dólares es el precio actual del crédito de carbono. El precio dependerá de la antigüedad del crédito.
3.6 millones de créditos de cargabono comercializados tiene el Perú con la empresa Disney.
En la Reserva Nacional de Tambopata y el Parque Nacional Bahuaja Sonene (Madre de Dios), 339 familias se han beneficiado con el cultivo de cacao bajo sistema agroforestal en una superficie de 1,250 hectáreas. Se evitó que se emitieran 3 millones 652,897 toneladas de CO2.