Tras haber realizado un minucioso trabajo de investigación que se fundamenta en la obtención de documentos que contrastan hechos muy preocupantes que vienen ocurriendo en el hospital de contingencia de Moyobamba, que, tras los cambios hechos tanto en la dirección de este nosocomio, Red de Salud y Unidad de Operaciones se pensaba que las cosas mejorarían, sin embargo, todo indica que lo único que se ha logrado es beneficiar a un grupo de personas entre los cuales resultan involucrados algunos médicos que hoy forman parte de todo un círculo.
Desde el inicio de la nueva gestión están ocurriendo actos que atentan contra los derechos de los trabajadores (Red de Salud y establecimientos de salud, incluido el hospital de contingencia) situación que sin duda ha generado un pésimo clima laboral; habiéndose desarrollado días atrás un plantón por parte de los trabajadores, quienes en su gran mayoría catalogan de autoritario al Dr. Julio Molina Salazar, habiéndose confirmado en este sentido una nueva medida de lucha de 72 horas para los días 2, 3 y 4 de agosto exigiendo su destitución.
A la ruptura de buenas relaciones se debe sumar la no solución de los problemas álgidos que aquejan a este sector, como el desabastecimiento de medicamentos e insumos, que en su momento cuando este profesional se de-sempeñó como presidente del cuerpo de médicos del hospital MINSA pregonaba cada una de las condiciones calamitosas; sin embargo, tras haber asumido el cargo, parece habérsele olvidado que este nosocomio continúa presentando prácticamente las mismas condiciones.
Pero a los problemas laborales que se registran, se añaden cosas aún más preocupantes, que de acuerdo a las pruebas obtenidas por Voces, a la fecha existe un grupo de profesionales que cuentan con el respaldo del mencionado director de la Red de Salud de Moyobamba y el propio director del hospital de contingencia, con el fin de favorecérseles en todo, sin importales la real dimensión del servicio que deben prestar a la población más humilde.
De acuerdo al reglamento de la ley Nº 23536 que estipula todo lo relacionado al trabajo y carrera de los profesionales de la salud, el Decreto Supremo Nº 024 -83-PCM plenamente vigente, en el artículo 16 señala textualmente que el equipo de guardia estará constituido fundamentalmente por médicos internistas o generales, cirujanos generales, ginecobstetras, pediatras, anestesiólogos y traumatólogos. Siendo estos profesionales los que de acuerdo al nivel de hospital II-1 como es el caso del hospital del MINSA Moyobamba, deberán mantenerse obligatoriamente. Sin embargo, luego que el pasado 1 de junio el Dr. Julio César Molina Salazar asumiera el cargo se vienen registrando acciones muy extrañas en el servicio de emergencias de este nosocomio. Por ejemplo, las guardias son hechas por médicos que por ley no les corresponde como oftalmologos, cardiologos, otorrinolaringologos, gastroenterologis, siendo estas especialidades muy difíciles de requerirse en caso de una emergencia, pero sí muy beneficiosa para dichos profesionales, ya que al realizar dichas guardias ya no tendrán que atender durante el día en consultorio externo. A eso se suma que, prácticamente haciendo dichas guardias, en menos de 15 días cumplen sus 150 horas mensuales y con ello pueden ir tranquilamente a atender en sus consultorios particulares, a donde los pacientes se ven obligados a asistir.
Para lograr obtener estos sospechosos cambios en el personal de guardia en el área de emergencias del hospital MINSA, fueron exactamente 6 los especialistas allegados a la nueva gestión quienes presentaron con fecha 1 de junio la nota informativa Nº 001-EH-II-I-M, donde indicaban que los médicos generales no deberían tener espacio en dicha área, o en todo caso, solo limitarse a realizar consultas externas, ya que debido a no ser un personal especializado supuestamente ponen en riesgo la salud de los pacientes. Con ello los tratan de incapaces y de contribuir con la mortalidad dentro de dicho nosocomio.
Este documento además señala que en ese momento las jefaturas de emergencia, medicina y hospitalización no cumplían con el perfil adecuado, pese a que los profesionales habían demostrado encontrarse capacitados en medicina interna por el proyecto de inversión “Fortalecimiento de la capacidad resolutiva del hospital Moyobamba, segundo nivel de atención”, es decir, que se tendían todas las estrategias a fin que los allegados a Molina Salazar asumieran dichos roles, demostrándose que luego de la presentación de dicho documento se nombró director de este nosocomio al Dr. Julio Cesías López, mientras que al cardiólogo Edwin Segovia, presidente del cuerpo médico siendo este reemplazo de Julio Molina Salazar. Pero al respecto se debe mencionar que dichos cambios son irregulares ya que de acuerdo a la norma, la jefatura de emergencia debe estar a cargo de un médico internista al igual que la jefatura de medicina – hospitalización. En conclusión, estas designaciones fueron manejadas con el único fin de buscar beneficios personales.
A esto se debe mencionar que según el testimonio de los propios médicos, habiendo transcurrido casi dos meses que asumiera el cargo, Julio César Cesías López no ha convocado a ninguna reunión para exponer sobre su plan de trabajo, lo que demuestra que estaría solo presto a obedecer las órdenes que le lleguen desde la red de salud.
En tanto, el último fin de semana, en exclusiva Voces accedió a documentos que confirman que gracias a una denuncia anónima, el Ministerio Público a través de la fiscalía anticorrupción ha tomado conocimiento de estas presuntas irregularidades habiéndose solicitado al director de este Hospital, Dr. Julio Cesías López, la documentación que demuestre el sustento de los llamativos cambios.
Ante esta lamentable situación, es obvio preguntarnos qué piensa nuestro gobernador regional Dr. Víctor Noriega Reátegui, y por ende el Director Regional de salud Dr. Willy Lora Cevallos, ya que si bien tienen la facultad para hacer los cambios que crean necesarios, pero también debe tenerse en cuenta que estos cambios se hagan designando personas con experiencia en la administración pública y más aún por tratarse de un sector donde no solo está en juego el buen accionar de los profesionales síno que estas acciones realmente demuestren vocación de servicio en pos de la población más necesitada, que por ahora, de acuerdo a las evidencias, poco o nada les estaría interesando.(Franclin Lavan)