La actitud de los congresistas fujimoristas está de más. Tres de ellos son sanmartinenses por lo que animo a mis colegas periodistas a pedirles explicaciones en medio de comunicación que se presenten del por qué se comportaron como todos los patanes de su bancada.
Ser de un grupo parlamentario es muy distinto a tener la obligación de ser un borrego que admite cumplir con órdenes por demás estúpidas. Dónde está la enviada de Dios, Esther Saavedra, quien dice que por su pueblo es capaz de cualquier cosa y acepta mandados tan torpes.
No creo que sean tan necios estos personajes como para todos creer al unísono que PPK es el enemigo a vencer, por encima de la pobreza, la inseguridad ciudadana y demás. Esperamos que los fujimoristas, como si estuviesen en el gobierno de don Alberto, no vayan a querer pasar por alto todas las instituciones para gobernar desde el legislativo, algo que sufrió su líder y que lo llevó a disolver el congreso y sumirnos en una dictadura y en el oscurantismo auspiciado además por Vladimiro Montesinos, uno de los peores virus de la corrupción que se ha establecido en nuestro país (aunque deben existir otros más astutos que no se graban en video y pasan piola). El hecho está en que nadie quiere inestabilidad en nuestra nación, por lo que me atrevo a exigir a Esther Saavedra, a Rolando Reátegui y al opaco Gilmer Trujillo que por favor cambien de actitud y respeten a los ciudadanos.