El tiempo es lo de menos, porque a veces un segundo se vuelve eterno. Este es un momento sublime capaz de generar euforia desde un terreno incierto, un espacio en el que es imposible no gritar, en donde todo vale y todo eriza la piel. El objetivo es meterla, como sea y cueste lo que cueste.
Se vive. Se goza al máximo. Es una sensación inexplicable. “El gol es el orgasmo del fútbol”, afirma Eduardo Galeano en su libro “Fútbol a Sol y Sombra” y no lo dijo en vano, porque las mejores páginas de la historia futbolística se han escrito gracias al gol. Al igual que el sexo y el orgasmo, uno siempre guarda en la memoria un gol, marcado (o sufrido) por uno mismo, visto por la televisión o en la propia cancha.
Todos los jugadores lo buscan, hacen hasta lo imposible por tenerlo y cuando se obtiene, entonces es el grito, la victoria, la emoción, la risa y el llanto de la hinchada y solo ahí, se siente ese alivio, esa emoción que a todos nos mata para resucitarnos después.
El placer también se encuentra en algo menos íntimo y más bien mundano y popular, como lo es el fútbol. El sexo y el fútbol, son similitudes excitantes. Uno es la equivalencia del otro, no por los minutos, sino porque esperamos el clímax final y hacemos todo para que esto suceda.
Son 90 minutos que nos tiene en suspenso, con la expectativa del tan anhelado gol. No importa la raza, ni la condición religiosa, social o económica, todo depende de la buena metida y de aprovechar la oportunidad que a veces solo aparece gracias a la bendita suerte futbolística.
El gol, aunque sea un golecito, resulta siempre ¡GOLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLL! en la garganta de los relatores de radio y televisión, de hombres y de mujeres que son parte de la tribuna que alienta y de los espectadores conectados a través de algún aparato tecnológico.
El fútbol seduce, excita y enamora. Más de 30 millones de peruanos nos habíamos olvidado lo bien que se siente gritar un gol. Han pasado 36 años para ver al Perú en ligas mayores, en un mundial que está expectante de nuestra bien merecida victoria.
El gol es el orgasmo del fútbol, porque lo grita el hincha, porque hay goles y gente que se divierte, que sufre como algo propio, como cuando vemos una telenovela y sentimos ese amor no correspondido de los personajes. Es eso que sentimos en nuestro primer beso, al enamorarnos, en el nacimiento de un hijo, en la pérdida de un ser querido, en todos esos momentos que nos llenan de sentimientos encontrados y revoloteados.
Hoy, no es un día cualquiera, hoy toca alentar, hoy toca unirse en un solo grito. Hoy, por 90 minutos nos olvidaremos de todo, nos abrazaremos y gritaremos juntos. Hoy, el país tiembla, porque desbordaremos emoción.
Formas y tonalidades, sensaciones y explosiones. Son 11 y yo solo pido una… ¡Métela, por favor!