Columna: Escenario regional.
Nombre: Carlos Job
Analista Político
En una de las limitadas probabilidades estadísticas, pero que la vida propicia con una naturalidad impensada, es que llegué a conocer a Vanessa quien se confiesa, sin gritar, a viva voz y sin lugar a dudas con una sonrisa de oreja a oreja como una “Minimalista Digital”.
Cuando me refiero a las limitadas probabilidades estadísticas puedo considerar dos grandes motivos que vienen a mi mente como si fueran una especie de paquetes de razones diferentes y complementarias al mismo tiempo
La primera viene desde mi estilo de vivir, un talante digital, conectado al 100% en las redes sociales, el internet y la información de valor que deambula en los aires de la virtualidad.
Sobre lo segundo, puedo decir que días después, me llamó mucho la atención la suma de pequeños eventos de los cuales no tuve control alguno, hasta poder llegar a aquel café de ese sábado por la tarde.
Y me atrevo a precisar que la narrativa de este artículo toma el lado opuesto de un escrito al que titulé “La chica de la Hamburguesa” en esta misma casa editorial del Diario Voces.
En “La Chica de la Hamburguesa” se reconoce el poder de las redes sociales, de esa fórmula de viralidad, que hace que un hecho en particular se convierta en una acción vista por la humanidad.
Pero en este caso, ¿Qué hay del poder de los que no están en la red? ¿hay un poder en aquel no uso? ¿Son solo estilos libres e independientes de cada uno? Son preguntas que volvieron, otra vs, como paquetes de razones.
“No tengo cuenta en Facebook, Instagran, Tiktok, tengo desactivas las notificaciones de mensajería” es lo que me dijo mientras pregunté ¿Desde cuándo?
Por un momento, se me cruzó la curiosa idea que no usaba redes sociales desde que había nacido, pero me esbozó una respuesta que implica unos dos años en modo ninja con esta manera de vivir.
Dentro de la conversación logré preguntar sobre los resultados, que indicadores tiene luego de 2 años sin redes sociales. Su respuesta sustenta una mejora de sus conversaciones, ahora son más fluidas, el celular no interfiere en sus quehaceres personales, ha leído una decena de libros, piensa que las fotos en redes sociales muestran ideas sesgadas de la esencia de un ser humano.
“Tengo más control” finaliza esta conversación mientras suelta un “jajajaja” que se dejó escuchar prolongadamente. Me pongo a pensar que si es esa la alegría de un ser humano que decide, cuando entrar o cuando no entrar al mundo de la información y la comunicación; de una persona que no está pendiente de los mensajes de las principales redes sociales de internet.
En la actualidad el concepto del Minimalismo Digital viene siendo promovido con creces en el mundo, se viene convirtiendo en todo un movimiento que privilegia la desconexión de lo digital para lograr una vida más plena.
Estoy revisando que existen diferentes artículos, libros e investigaciones que van generando toda una corriente.
Finalmente, comparto con ustedes algunas de sus frases: “No se puede sobreestimar la falta de importancia de prácticamente todo” “Más que acumular, vaciar. Más que aprender, desaprender. Más que aferrar, soltar. A la larga, menos es más”.