Por: Wilter Pérez
Lic. Ciencias Políticas y Asuntos Internacionales
Mientras traumatizados refugiados sirios buscan escapar una muerte segura y mientras el Estado Islámico busca aterrorizar al Occidente con sus ataques suicidas, en Paris, por ejemplo, el mundo observa con horror. Sin embargo, una pregunta importantísima que muchos no se hacen o deberían hacerse es: ¿De dónde proviene el extremismo Islámico? La respuesta sucinta es: Proviene de cien años de colonización europea, seguida por otros cien años de intromisión Occidental y desastrosas políticas externas de EEUU. Sin embargo, muchos medios de comunicación convenientemente suelen dejar de lado esta importante parte de la historia. Gore Vidal, uno de los grandes luminarios y eruditos norteamericanos, se refería a los EEUU como los Estados Unidos de la Amnesia; el extinto Primer Ministro Zhou Enlai dijo lo mismo pero de manera más sarcástica, “Une las caracteriscas más graciosas de los norteamericanos es que no tienen ni el más mínimo conocimiento de la historia.” Es decir, para entender el crecimiento de grupos militantes Salafistas, como ISIS y al-Qaida, para entender los ataques atroces contra civiles en EEUU, Francia, Siria, Iraq, Líbano, Nigeria, Turquía, Yemen, Afganistán y muchos otros, debemos reavivar nuestra somnolienta y olvidada memoria histórica. Uno no necesita ir muy lejos en la historia para contextualizar y entender los acontecimientos mundiales de la actualidad, solo un par de décadas: Durante lo que se conoció como La Guerra Fría.
Es durante este periodo que EEUU le dio armas y el financiamiento a Osama bin Laden—que luego se convertiría, como en muchos otros casos, en el autor intelectual de los atentados terroristas del 11 de Setiembre, 2001, en EEUU. En la década de los 80s, bin Laden organizó una milicia de miles de guerreros extranjeros de varias partes del Medio Oriente y África del Norte para exitosamente expulsar de Afganistán a las fuerzas Soviéticas—uno de los tantos ejemplos de las desastrosas guerras proxys que EEUU financió en su quijotesco y desastroso esfuerzo de derrocar al “Imperio del Mal” representado por la URSS y que dio nacimiento a diversos grupos armados que luego se volverían en contra de sus creadores y financiadores (el ejemplo, del derrocamiento del gobierno legítimo en Irán de Mohammed Mosaddeq y el apoyo al desastroso régimen de el Shah Reza Pahlavi; el derrocamiento con el apoyo de la CIA de Salvador Allende en Chile y el apoyo incondicional a Pinochet es otro de los tantos ejemplos.) Los Mujahedin, las milicias financiadas por bin Laden con apoyo de la CIA, y Maktab al-Khidamat—la organización que bin Laden creo para reclutar y financiar guerreros islamistas—se convirtieron con el tiempo en al-Qaida y El Taliban.
Una vez que bin Laden y compañía se volvieron enemigos jurados de EEUU, y luego de haber sido el mismo gobierno de EEUU quien “puso” en el poder a Saddam Hussein, G. W. Bush invadió con pretextos de la existencia de Armas de Destrucción Masiva, que luego se demostró nunca existieron, y luego de que Bush hiciera ajusticiar a Husein, se creó en tan importante punto geopolítico un vacío de poder que inmediatamente fue aprovechado por grupos antitéticos a la idea de la intervención con intereses económicos y pretextos demócratas de EEUU en sus tierras.
Dado que no hay mucho espacio para dar más detalles sobre la cronología de la creación del Estado Islámico, tenemos que dar un salto en el tiempo y enfocarnos en Febrero del 2014: Es aquí donde un grupo rebelde afiliado a al-Qaida en Iraq se escindió, y se declaró enemigo de al-Qaida, y se autodenomino Estado Islámico de Iraq y Siria (ISIS, por sus siglas en inglés.) En lugar de luchar con de los rebeldes sirios en contra de Assad, líder de Siria, ISIS ataca a los Kurdos en el norte de Siria y logra arrebatarles una parte de su territorio, al cual denominan su Califato. Para este entonces, el conflicto en Siria ya se había convertido, adivina Ud. correctamente, en otra guerra proxy: Por un lado Siria, apoyada por Rusia e Irán principalmente, y por otro lado, los Rebeldes Sirios, apoyados por EEUU, Arabia Saudita, Jordania, principalmente.
Finalmente, cabe precisar que cuando yo escribo ‘los EEUU” no me refiero al ciudadano de a pie que en su mayoría no tiene ni idea lo que su gobierno hace o se ve impotente ante el mismo, sino que me refiero estrictamente a los grupos de poder que lideran EEUU que, como en el Perú, la mayoría de las veces no representan la voluntad del pueblo. Dentro de ese contexto, y cuando escuchen a personas alegremente proponer enfrentamientos bélicos entre uno que otro país, me gustaría compartir una cita del General de División, Smedley Butler, quien es su libro La Guerra es un Latrocinio plasma el sentir de muchos de nosotros: “La guerra es un negocio sucio. Artimaña o trácala es la mejor definición. Algo que beneficia a pocos a expensas de las masas. Estuve 33 años y 4 meses de servicio activo Cuerpo de Infantería de Marina de los EEUU. Y pasé la mayor parte del tiempo fui un matón de primera clase para los Grandes Negocios, Wall Street y los banqueros. En pocas palabras, yo fui un sicario y un gangster del capitalismo. En 1914 ayudé a hacer de Méjico un baluarte para los intereses petroleros norteamericanos. Ayudé a hacer de Haití y de Cuba dos lugares decentes para que National City Bank pudiera obtener dividendos. Ayudé a violar media docena de Republicas en Centroamericanas para beneficio de Wall Street.”