
Tarapoto. Luego de conocer el traslado del interno del penal de Sananguillo, Guillermo Chanján y la denuncia por presuntos excesos por parte de funcionarios del Instituto Peniteciario del Perú (INPE), la señora Mirian Pinchi Daza, presidenta de la Asociación Manos Unidas, lamentó la situación en este centro de reclusión.
Manifestó que es lamentable que ahora los presos, según versiones de ellos mismos y algunos familiares, estén prohibidos de realizar declaraciones a la prensa y a los familiares de denunciar presuntos excesos en cuanto a la revisión al momento de ingresar al penal.
Recordó denuncias de pérdidas de donaciones y que ella, en algún momento ha sido tratada de manera denigrante cuando se acercó al penal a realizar labor social, dijo que una policía las tiene que desnudar e introducirles el dedo en sus partes íntimas y ante el desconocimiento de la directora del penal, quien jamás iba a acepar esta situación que va contra los derechos humanos.
“Lamentablemente, en nuestra labor social y con el dolor que nos causa, hemos dejado de ir a Sananguillo, porque las veces que fuimos, siempre nos han tratado de esa manera”, manifestó la presidenta de Manos Unidas.
Saludó la predisposición del Comisionado de la Defensoría del Pueblo, Santiago Tamay, que constató esa realidad en su momento.
Dijo que los métodos utilizados en el penal deben cambiar porque hay muchos internos que sufren demasiado.
Agregó que las denuncias de excesos son muchos, pues no solamente es de ella, sino también hay constataciones de la Defensoría del Pueblo, de los familiares de los internos, contra la palabra de la directora Judith Zambrano.
Finalmente, Miriam Pinchi, espera que haya una dosis de humanidad en los funcionarios del INPE y que al momento de nombrarlos o contratarlos deberían evaluar su perfil sicológico para dirigir una institución tan sensible. (Silvia Quevedo)