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martes, febrero 11, 2025
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Modernos enfermos

La modernidad de la humanidad va suplantando a la naturaleza hasta que ésta desparezca. Al parecer, en el tiempo se ha sembrado en el subconsciente humano, hacer prevalecer las supuesta “supremacía” del hombre sobre la naturaleza. Por eso quizá, actúa contra ella con fobia, como si desfogara su añeja rabia interna. Convierte en desierto el bosque. La selva de follaje verde se convierte en lánguidas copas arbustivas marrones. Majestuosos ríos transparentes se tornan en escurridores de desechos putrefactos humanos de color marrón oscuro. Etc. Como para variar, no solo se trata mal a los recursos de la naturaleza donde se vive; sino también, se rompen los esquemas naturales de nuestra propia alimentación. Toda por la modernidad, estar en “onda”, fashion, al día con la moda. Por esa “modernidad” no se mastican los alimentos, se reemplaza con licuadora y bebemos jugo. ¿A la fruta se la bebe? El ser humano tiene millones de años de evolución y como resultado de ella debe COMER  a la fruta. ¿La naturaleza dice que hay que aspirar humo? ¿Quién inventó semejante salvajada? ¿Por qué nos esforzamos en romper los hábitos naturales, que son resultados de nuestra evolución? ¿Quién ha dicho que modernidad es similar a distanciarse de la naturaleza? ¿Por qué no es al revés? Modernidad debe ser acercarse a la naturaleza. La política alimenticia de la población humana debe basarse al patrón natural. Nada de mercantilismos que atentan contra la buena salud de la población. La visión del binomio hombre naturaleza debe guiar las actitudes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), informa que “la obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, y cada año mueren, como mínimo, 2,6 millones de personas a causa de la obesidad o sobrepeso”. El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. El índice de masa corporal (IMC) –peso en kilogramos dividido por el cuadrado de la talla en metros (kg/m2) – es un índice utilizado frecuentemente para clasificar el sobrepeso y la obesidad en adultos. La OMS define el sobrepeso como un IMC igual o superior a 25, y la obesidad como un IMC igual o superior a 30. Mil millones de adultos tienen sobrepeso y más de 300 millones son obesos. Si no se actúa, esta cifra superará los 1,500 millones en 2015. En el mundo hay más de 42 millones de menores de cinco años con sobrepeso. A nivel mundial, el sobrepeso y la obesidad causan más muertes que la insuficiencia ponderal. El 44% de los casos mundiales de diabetes, el 23% de cardiopatía isquémica y el 7– 41% de determinados cánceres son atribuibles al sobrepeso y la obesidad. La obesidad suele ser el resultado de un desequilibrio entre las calorías ingeridas y las calorías gastadas. Una dieta saludable puede contribuir a prevenir la obesidad: 1) mantener un peso saludable. 2) reducir la ingesta total de grasas y sustituir las grasas saturadas por las insaturadas. 3) aumentar el consumo de frutas, hortalizas, legumbres, cereales integrales y frutos secos. 4) La actividad física regular ayuda a mantener un cuerpo sano. La realización de actividades físicas de intensidad moderada durante 30 minutos al día la mayoría de los días de la semana reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer de colon y mama”.
Roxana Silva, indica que los últimos estudios del sector Salud, el 62,3% de la población, entre los 30 y 59 años, sufre sobrepeso u obesidad. En otras palabras, tres de cada cinco adultos tienen exceso de peso. Si no adquirimos pronto un estilo de vida saludable, en menos de tres décadas nuestro país tendrá uno de los más altos índices de la región con pacientes diabéticos, hipertensos, cardíacos, entre otras patologías.
¿Nos conviene ser modernos enfermos o naturales sanos? Ojo, esta falsa modernidad no solo se da con la alimentación, sino también con la agricultura.

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