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sábado, febrero 15, 2025
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El nacimiento de Jesús

El nacimiento de Jesús es una celebración mundial. Los siete mil millones de seres humanos participan de una u otra manera de este histórico acontecimiento. ¿Habrá alguna persona que dude de éste hecho? Si hay credibilidad consciente de ésta realidad ¿cuál es el mensaje actual?

Que la señorita María se redime ante Dios: “Soy la servidora del Señor, hágase en mí tal como has dicho” (Lucas 1:38) Ella “estaba comprometida en matrimonio con un hombre llamado José, de la familia de David” Lucas 1:27. La felicidad plena que ella decidió alcanzar ha sido entregarse a la voluntad de Dios por encima del mundo humano. Además, no fue para menos, ella fue la portadora del mismo Dios que se hizo hombre. Los seres humanos actuales ¿entregamos nuestro cuerpo, específicamente nuestro corazón, para que Dios ingrese, viva y nos conduzca por el camino correcto? Luego, cuando María iba dar a luz, no había espacio para Dios, todos los rincones estaban llenos de gente, de fiesta ¿Actualmente nuestros corazones tienen siquiera algún espacio para que anide Dios? O quizá está lleno de nuestro mundo, que yo soy tal cosa, que yo tengo hambre, que yo tengo sueño, que yo deseo emborracharme, que yo debo tener tal vehículo, que yo guardo rencor a alguien, que yo no miro bien al vecino. Hace poco, el Papa Francisco expresó más o menos así: “Los seres humanos somos muy egocéntricos. Estamos equivocados. Debemos ser excéntricos. La persona debe estar en la periferia, en el centro debe estar Jesús” Todo lo que se hace está en función a la satisfacción del YO. La persona muy poco o casi nada hace para satisfacer a Dios.

El ser humano no solo es materia: Carne y huesos, a la que damos especiales atenciones, todo nuestro tiempo: Alimentación, vitaminas, baño diario, deporte, limpieza, pedicure, manicure, maquillajes del rostro, arreglo y mantenimiento del cabello, cuidado de las adecuadas medidas antropométricas, perfume o loción para la piel, desodorante para las axilas, rimer y sombras para los ojos, limpieza y lavado de oídos, bloqueador de los rayos del sol, ropas interiores, vestidos suficientes y de la mejor calidad, cancetines, medias, pañuelo para la limpieza del sudor, vehículo para el traslado del cuerpo, zapatos, sandalias, agua, jugos, cigarros y por supuesto unas cervecitas para variar el carga montón. ¿Con todas estas coas somos mejores personas? El ser humano también es sabiduría, inteligencia, conocimientos: Estudios primarios, secundarios y superiores. Lecturas diarias de libros, revistas, periódicos. Investigaciones, escrituras, invenciones. ¿Estos dos componentes son los únicos que ostenta el ser humano? Falta el tercer y quizá el más importante componente: El Espíritu, que engloba el sentimiento humano: Amor al prójimo, amor a Dios, amor a la mamá, amor a la familia. De los tres componentes, el primero es visible, los otros dos no se ven. Los tres componentes son inherentes al ser humano, están ahí. No son voluntarios. Nadie puede decir que desea vivir sin uno de los componentes: Quiero vivir sin comer, no quiero nada de conocimientos, no sé amar, no sé sentir.

La celebración del nacimiento de Jesús hace recordar a la creciente humanidad, que aún está a tiempo de renacer, de abrir el corazón para permitir el ingreso de Dios. ¿Es buena una persona sana, con erudición intelectual, exenta de sentimiento humano? Los tres componentes deben cultivarse todos los días y todo el día: Alimentarse, leer y orar. Aunque el orden quizá podría ser Orar, alimentarse y leer. Este trípode que sostiene la vida integral de la humanidad, debe mantener los tres pies en iguales dimensiones.

La celebración de la Navidad no debe ocupar la mayoría de nuestro tiempo en los regalos, el chanchito, el pavo, el chocolate, el panetón, las “chelas”, el vino, el paseo (Todas de índole material); sino fundamentalmente, el nacimiento de Jesús, Dios hecho hombre, debe ocupar la mayoría de nuestro tiempo porque es para nuestro beneficio. ¿Por qué no ocupamos un poquitín de nuestro tiempo en ir a Misa, en la oración, en rezar, en leer la Biblia?

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