Controlan más de la mitad de la droga que sale del valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), tienen un ‘ejercito’ de unos 200 hombres y operan en la selva de Ayacucho y Cusco. La Policía ha identificado a seis de los principales productores de droga que operan en esa zona del país, golpeada por remanentes terroristas y bandas de narcotraficantes.
A medida que la lucha contra el narcoterrorismo se intensifica, los apodos de los capos mafiosos se han vuelto más sombríos, reflejo de su actitud impersonal y casi industrial hacia la violencia.
Ya no hay apodos como ‘Vaticano’ (Demetrio Chávez Peñaherrera) o ‘Mosca Loca’ (Guillermo Cárdenas).
Los nuevos capos del Vraem se hacen llamar ahora ‘Viejo Guti’, ‘Comanche’, Galleta’, ‘Huatari’, ‘Chipy’ o ‘Gato’.
Agentes de Inteligencia del Frente Policial Vraem han informado que los grupos empiezan a organizarse en núcleos muy pequeños, diseminados y especializados en los que unos y otros no se conocen para evitar infiltraciones.
Además, y con el fin de evitar ser interceptados por la PNP, los cabecillas suelen evitar hacer llamadas telefónicas y dan órdenes para que estas sean transmitidas por los de rango medio o los de abajo. Pero en donde sí ponen mucho énfasis es en interceptar las comunicaciones de las fuerzas del orden para evitar ser detectados. Considerada una de las regiones más violentas, el Vraem se ubica en una zona selvática con diversos ríos y carreteras que le brindan a la cocaína una salida hacia Bolivia y Brasil y también a la costa.
Personal del Frente Policial Vraem ubicó y destruyó cinco laboratorios de clorhidrato y pasta básica de cocaína instalados en el centro poblado Los Ángeles, en el distrito de Pichari, provincia cusqueña de La Convención.
Este laboratorio era del ‘Viejo Guti’. Este narco, cuya identidad se mantienen en reserva, tenía conexiones con otros mafiosos identificados como ‘Comanche’ y ‘Galleta’, los nexos principales con las bandas bolivianas.
Hace una semana, personal del Frente Policial Vraem destruyó otros cinco narcolaboratorios en dos centros poblados del distrito cusqueño de Pichari. Uno de los complejos donde se procesaba clorhidrato de cocaína pertenecía al mafioso conocido como ‘Chipy’. Los otros cuatro eran del traficante llamado ‘Gato’.
(rpublica)