Un niño de doce años de edad vive encadenado en el interior de un templo evangélico de Tarapoto, región San Martín. Su madre manifiesta que desde hace dos años su hijo sufre alteraciones y no puede ser controlado con la fuerza de cuatro personas, es por esta razón que buscó apoyo de una congregación religiosa.
Dany Esteban, está encadenado en la cintura, desde hace tres días está más tranquilo, su madre lo atiende con alimentos y agua, en su familia creen que está poseído y con oraciones en la iglesia evangélica Misionera Pentecostés Peña Horeb lo atienden a través de oraciones.
“Me duele en el alma ver a mi hijo encadenado como si fuera un animal, durante dos años le llevé a varios establecimientos de Salud y nunca dieron con el mal, es por ello que acudí a esta iglesia porque ya no sé adónde acudir”, indicó Deisith Tapullima Sangama, madre del niño.
El menor permanece sentado en un colchón, con la cabeza inclinada, por momentos pide que lo suelten y se muestra desesperado, situación que afecta su estado de ánimo, nadie sabe cuánto tiempo más estará encadenado.