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viernes, junio 6, 2025
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“Nos encontramos ante un país fragmentado, desigual, que no logra alcanzar cohesión social”

Construyamos juntos el Perú que queremos

Juan Antonio Silva Sologuren

Director ejecutivo del Proyecto Especial Bicentenario del Ministerio de Cultura

¿Sabías que José Olaya fue fusilado el 29 de junio de 1823, casi dos años después de que el general José de San Martín declarase la independencia del Perú (1821), prácticamente en el mismo lugar donde se realizó dicha declaración?

Si eres de aquellos que piensa que el Bicentenario “ya pasó” y que no tiene sentido seguir hablando de la conmemoración de esta importante fecha, te invito a reflexionar sobre la importancia de las batallas de Junín y Ayacucho (realizadas en 1824) en nuestra emancipación, así como sobre el rol que desempeñaron no solo militares de América y Europa sino también peruanos de a pie, muchas veces anónimos, en lo que significó la consolidación de ese proceso con marchas y contramarchas que fue nuestra independencia.

El primer semestre de 1823 fue un período complejo para la causa de la libertad. A inicios de ese año, el Ejército Libertador del Sur fue derrotado en la Campaña de Puertos Intermedios, y en junio del mismo año las fuerzas realistas habían vuelto a ocupar Lima, la que era considerada aún por parte de la población como capital del Virreinato del Perú.

Doscientos años después, vivimos también hoy una situación compleja en la que muchos de los problemas de aquel entonces siguen constituyendo desafíos para nuestra continuidad como república. Nos encontramos ante un país fragmentado, desigual, que no logra alcanzar cohesión social. Nos situamos frente a una comunidad que aún es víctima del racismo (más de 15 millones de peruanos se han sentido discriminados alguna vez) y que no logra valorar su diversidad cultural y sentirse orgullosa de ella, en la que, a las demandas de mayor inclusión y bienestar, se suman “demandas de reconocimiento de la diversidad y la identidad”. Este escenario se complica por el hecho de que las regiones del Perú no terminan de interesarse, conocerse e interactuar entre sí.

Frente a este escenario complejo, el Bicentenario 2024 aparece hoy como una gran oportunidad para construir juntos el Perú que queremos. Para ello, además del necesario balance que nos permita identificar “nuestras luces y sombras”, así como realizar una reflexión crítica sobre nuestro pasado, presente y futuro, a la luz de nuestra historia y de la identificación de nuestros principales desafíos republicanos, desde el sector Cultura se viene trabajando en el fortalecimiento de nuestra identidad nacional, es decir, en aquello que nos define como peruanos más allá de nuestras diferencias sociales, ideológicas y culturales, y en el ejercicio de nuestra ciudadanía democrática sobre la base de los valores de respeto, igualdad, solidaridad, compromiso y unión.

Unir a los peruanos y reforzar nuestra identidad y el ejercicio de la ciudadanía, desde el reconocimiento de nuestra diversidad, la promoción del intercambio cultural entre regiones, así como la visibilización de los aportes, pasados y presentes, que las peruanas y los peruanos hicieron y hacen, en pro de una comunidad mejor, verdaderamente libre y democrática, culturalmente diversa y orgullosa de su identidad.

Desde esta columna hacemos una invitación a sumarse a la labor de trabajar, juntos y juntas, en la construcción del Perú que queremos. ¡Felices Fiestas Patrias!

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