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domingo, abril 27, 2025
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LOS NUEVOS HÉROES

A decir de los expertos, la propagación del virus mayormente es de persona a persona, de personas a cosas y de éstas a otras personas, que la propia persona se contagia llevando la mano contaminada a los ojos, a la nariz y la boca. Habría que lavarse las benditas manos con agua y jabón a cada rato e ir desinfectándola de manera constante. Entonces, para disminuir el contagio a más personas, habría que confinarse en casa. Si ésta es la disposición superior, hay que cumplir, porque se trata de cuidar la vida de las personas. Para procurar garantizar ésta disposición se ha solicitado el valioso apoyo a la policía nacional y a las demás fuerzas del Estado. Sin embargo, familias, grupos, sectores, comunidades, haciendo caso omiso, salían y hacían lo que querían, enfrentándose a los custodios, como en el norte y oriente, y ahora, luego de 15 días se conoce la existencia lamentable de masivos decesos, que los hospitales y cementerios han colapsado. Bueno, la amplia mayoría civilizada se ha confinado. Ante ésta alerta roja, la población ha dejado de hacer sus rutinarias actividades productivas y de servicio. ¿Quiénes han estado y seguirán imparables con sus labores? Los nuevos héroes de la vida: Los servidores de la salud (médicos, enfermeras, técnicos, auxiliares, limpieza), quienes cuidan del enfermo hasta su recuperación, quienes están allí, al lado del que tiene el virus, que en fracción de tiempo podría contagiarlos. Quienes están quizá en los últimos momentos de vida y en los primeros instantes de su muerte. Los que se desplazan ida y vuelta, a trote, por el fino filo que separa entre la vida y muerte. Aquí, en éste lugar común, a donde todas las personas llegan en algún momento, se procura la vida. Aquí, en éste centro de salud, se valora lo importante que es la vida. Aquí, en éste lugar, nadie quiere morir, todos desean vivir. Muchos ofrecen cambiar, se arrepienten de la forma mundana como llevaban su vida, haciendo daño a los demás. Entonces, los nuevos héroes están en su trinchera, se supone debida indumentaria, para defender la vida. Éstos héroes son héroes, porque defienden todas las vidas humanas, no como en añejos tiempos, se llamaban héroes a quienes más gentes mataban. ¿Dónde están los otros héroes de ésta pandemia? Son héroes porque también con su labor procuran la vida de todos, sin ningún tipo de tontas discriminaciones: de los otros héroes, de los enfermos, de los que están confinados. Ellos siguen trabajando sigilosos, produciendo los alimentos, que sin esas comidas ni enfermos ni sanos viviríamos. Son los casi olvidados agricultores, que no ostentan debida indumentaria, se alimentan con humildad como caldo de gallina de su huerta; casi de manera permanente chicharrón de cerdo; huevos de sus gallinas de chacra; en su rústica cocina están por los menos 3 a 4 racimos de plátanos; varios sacos de papas; en la huerta están las verduras; bajo la tuchpa (cocina) corretean decenas de cuyes que de vez en cuando varían la dieta; animales silvestres y plantas medicinales en su bosque. Solo corren riesgo de contagiarse cuando les visita un comprador o cuando llegan al mercado a vender sus productos. Ellos respiran aire puro, beben agua natural de la quebrada y duermen plácidos en fresca y sosegada noche. ¿Habrá otros nuevos héroes? Están los trabajadores de limpieza pública de las urbes, que se desplazan por las arterias, recogiendo los desperdicios de los que están confinados y de los centros de salud, de sanos y enfermos. Hombres que arriesgan sus vidas por mantener limpias las ciudades. Los otros nuevos héroes son los policías y uniformados de las fuerzas armadas, quienes arriesgan sus vidas y las de sus familias, por procurar que los desobedientes cumplan las normas de confinamiento, cuyo cumplimiento es para salvaguardas sus propias vidas; sin embargo, muchos todavía se ponen “sabrosos” al ser sorprendidos en pleno desacato, en fin. Los periodistas también se convirtieron en los otros nuevos héroes, porque su labor es también riesgosa al estar cerca de la gente desobediente, en los interiores de los hospitales, en las migraciones masivas donde hay mucha gente enferma, para brindar información fresca a toda la población. También están los trabajadores de las farmacias, de los mercados y supermercados.

Ahora, los nuevos héroes, arriesgan su propia vida por dar la vida al prójimo. Juan 15:13, nos dice: No hay un amor más grande que el dar la vida por los amigos. Los enfermos no son amigos de los trabajadores de las instituciones de salud, sin embargo, por su ética, por su denso amor humano y por su infinito amor a Dios, ponen en riesgo su propia vida y la de su familia, para salvar a su prójimo, que somos todos nosotros. Ocurre lo mismo con los agricultores, que producen alimentos indistintamente para todas las personas. ¿Cómo no agradecerlos con todo nuestro amor? Caen lágrimas incontenibles al saber que médicos, enfermeras, técnicos, auxiliares, policías, militares, etc, han ofrendado sus propias vidas por las nuestras, cuando son llevados al crematorio, envueltos en plásticos negros, como todos sus prójimos enfermos muertos.

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