Puede ser tan adictivo como cualquier droga. Es tan similar a una buena sesión de erotismo con final feliz. Al terminar siempre quedamos satisfechas, contentas, llenas de energía y disfrutando de una orgía de sabor, aquella que podemos tocarla y sentirla hasta lo más profundo.
Es esa dosis que se necesita para tener felicidad todos lo días. ¿Quién no se ha refugiado nunca en un rico y sabroso chocolate? Normalmente siempre después de una ruptura amorosa, pero… ¿Acaso el chocolate es la solución a los problemas? Pues parece que sí…
En el siglo XVIII, algunas monjas tenían prohibido consumir chocolate, porque era considerado demasiado estimulante y monja con chocolate, podría resultar se una bomba a punto de estallar. No solo la historia afirma que el chocolate ha estado relacionado con el placer, pues vino y chocolate siempre ha sido imprescindible como preámbulo antes de una sesión amatoria y eso lo sabemos tú, yo y aquel que está atrás de ti.
Consumir chocolate libera las mismas endorfinas que el sexo y como todos deseamos ser felices y para sentirnos bien, necesitamos dos hormonas: La dopamina y la serotonima. ¿Por qué? Acá viene la explicación, para que una persona esté más motivada debe generar dopamina, es por eso que cuando los niveles de dopamina están por debajo de lo esperable aparece la depresión. La serotonina por su parte influye en el estado de ánimo, niveles altos de serotonina se relacionan con el optimismo, serenidad, mejor autoestima y una sensación general de bienestar.
El placer conlleva un proceso de aprendizaje. Cuando descubrimos que algo nos produce frenesí como el chocolate, nos dejamos llevar y tendemos a pensar que cuanto más consumamos, mejor, pero aumentar la frecuencia de las relaciones no siempre significa más satisfacción. Más que un atracón, centrarse en cada bocado, siempre es lo mejor. Así que disfruta que se derrita en tu boca sin ningún apuro y llénate de placer.
Hoy amanecí motivada como todos los días y mientras escribo este artículo mis dedos mojados por el chocolate tocan el teclado de la computadora. El chocolate es parte de mí y de mi vida. “Más chocolate mi amor que las sábanas te lo agradecerán”
Un placer, un bocado o toda una tableta… Esa orgía de sabor no lo dejo por nada ni nadie, porque un poco de él termina siempre con un final feliz. Y tú ¿Quieres ser feliz? Simple, come chocolate y si es de San Martín, mucho mejor.