¿Porque somos las mejores?, eso no es cierto. Somos las primeras en echarnos lodo, en decirle perra a una chica soltera que hace con su sexualidad lo que mejor le parece, porque nos encanta jugar la carta de víctimas frente a los hombres, porque ponemos el pie y las uñas a las otras y nos manipulamos sin vergüenza. No me saludes por el día de la mujer, si todavía encuentras exagerado que haya una ley contra el acoso callejero, si todavía encuentras cierta comodidad en las formas machistas.
No me felicites, no me celebres el ser mujer porque sí, porque es coyuntural, porque viene después de San Valentín y antes del Día de la madre.
No te sientas llamado a decir que las mujeres son lindas, buenas y únicas. No es una fecha para que des una palmadita en el hombro y recuerdes lo “necesarias” que somos, sobre todo si va ligado al “porque ustedes nos dan la vida”. Nuestra participación en este mundo, en esta sociedad, no puede resumirse en eso. No eres menos mujer, por no tener hijos.
Si aún algunos confunden amabilidad con coquetería y te catalogan de “fácil” por ser honesta. Si aún piensas qué ponerte antes de salir a la calle, por miedo a que el guachimán, los tombos, los cambistas y los peatones se relaman por ese jean o por el vestido nuevo que acabas de comprarte. Entonces no es un día para felicitar solo por la combinación de cromosomas.
No felicites si las mujeres que trabajan para ti, ganan menos que los hombres, no si te hiciste de la vista gorda cuando una trabajadora te dijo que sus compañeros le hacían comentarios inapropiados, no si ves el embarazo como una desventaja o sientes más confianza delegándoles a los hombres. Tu saludo en letras rosadas, no sirve de nada.
Este día nació como consecuencia de una lucha, de un grupo de mujeres de hierro que salieron a gritar “queremos igualdad” cuando nadie quería escucharlas.
Hace más de 100 años, tú no valías por ti, por tus opiniones ni talentos, sino por tu capacidad de asumir tu rol callada y servir, servir a tu esposo, servir a tu padre, servir a cual fuese la figura masculina que decidía por ti, por tu cuerpo, por tu vida personal, por tu ocupación, por tu vida.
Deja que te enoje eso un ratito, deja que te indigne y te avergüence, porque es bueno que sea así, implica que te importa y tiene que importarte, es la única manera de que esta fecha signifique algo. Tiene que dolerte pensar en la cantidad de generaciones de mujeres que pasaron sintiéndose invisibles, que maldijeron cada uno de sus días por no haber nacido hombres, tiene que enfurecerte el hecho de que en muchas partes del mundo, esa sociedad, sigue existiendo.
En 1911, en Nueva York, un grupo de mujeres trabajadoras se declararon en huelga para protestar por sus condiciones laborales. Durante esta huelga 129 mujeres murieron quemadas en un incendio en la fábrica Cotton Textile Factory. El incendio había sido provocado por los dueños de la fábrica. Ellas, no lucharon por la igualdad de derechos y por la libertad de poder desarrollarse íntegramente en la sociedad, para que les manden una tarjetita virtual felicitándolas por el hecho de ser mujeres, o para que una radio les regale un día de spa o para que las municipalidades les regalen clases de cocina y tai-chi.
¿Cómo puede celebrarse el día de la mujer? Si cada 3 minutos una mujer muere en manos de su pareja, una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido maltrato, y agresión sexual a lo largo de su vida, las mujeres reciben el 17% menos del salario por el mismo trabajo que los hombres…y otras, solo sirven para denigrar este género, prostituyendo su imagen por unos cuántos soles y flashes.
Según el colectivo P.U.T.A.S (Por una transformación auténtica de la sociedad), no se debe frivolizar la fecha. No saluden solo por saludar, solo porque algunas por error nacieron mujeres. Tengan conciencia de la importancia de este día en los derechos de muchas mujeres que murieron en el intento de que su voz sea escuchada. Y no saludes si eres el tonto que con sarcasmo pregunta ¿Y por qué no celebramos el día del hombre? No, pues, de esos calabazones ya tenemos muchos.
Y si el Día de la Mujer te emociona, entonces, haz tu tarea y piensa en qué te toca hacer en casa, en el trabajo, en tu rol de elector para contribuir con la equidad de género, y hágalo. Queremos saber que cada vez hay mayor equidad entre hombres y mujeres.
Y si la transformación va con el nombre de P.U.T.A.S, creo que a muchas nos gustaría ponernos tacones y serlo.