Weider Fasabi Tapullima, de 42 años, atraviesa una situación sumamente difícil: enfrenta un agresivo cáncer a los huesos mientras cría solo a sus hijos pequeños, luego de que su pareja lo abandonara. La enfermedad fue detectada cuando se sometía a una evaluación médica tras un accidente laboral, y desde entonces su vida cambió por completo.

El diagnóstico llegó en medio del dolor físico, pero también emocional. Weider ya ha pasado por diez sesiones de quimioterapia, cada una más intensa que la anterior. En este proceso, su madre anciana se ha convertido en su único apoyo permanente, ayudándolo a sobrellevar el tratamiento y a cuidar de sus nietos.

Ante esta difícil situación, la asociación Manos Unidas acudió esta semana a su vivienda para entregarle ayuda solidaria. Esta acción fue posible gracias a la docente de sus hijos, quien, al conocer el drama familiar, se comunicó con Mirian Pinchi Daza, presidenta de la organización, para canalizar el apoyo.

“Este padre no se da por vencido. Ver cómo sigue luchando por sus hijos, con el respaldo de su madre, nos tocó profundamente”, expresó Pinchi Daza conmovida. La historia de Weider ha despertado empatía en la comunidad, y se espera que más personas se sumen a la cadena de solidaridad.

Desde Manos Unidas, se ha abierto un canal de ayuda a través del número 990 646 763. Weider, con la voz entrecortada, expresó su agradecimiento: “No tengo mucho, pero tengo a mis hijos. Gracias a quienes me están ayudando a seguir adelante”. Su historia es hoy símbolo de lucha, valentía y amor incondicional. Por: Hugo Anteparra