Aún quedan aquellos que nos quieren convencer, sin ser apristas, que el Partido Aprista Peruano debería llegar al poder porque tiene experiencia de gobierno. Dicen estos amigos, que es responsable votar por la Dupla ALU. Hasta hacen la alegoría del José que es responsable y sabe lo que hace.
Yo respeto a los que son apristas y así lo hacen, porque en fin, no les puedes pedir otra cosa, ¡pero a los otros! Alguna vez leí un cuento en el que el protagonista llegaba presentándose ante la corte de Francia como el príncipe que se había perdido hace varios años en una isla latinoamericana.
Mientras que el príncipe era caucásico, de gran estatura y buen porte cuando se le perdió de vista, el recién aparecido era un típico costeño, un criollo, debajo estatura, un orgulloso cobrizo cuya principal capacidad era la de ser un gran birlador. Era pues, tal la seguridad en sus palabras que terminaron todos creyéndole, celebrando el acontecimiento como si nada extraño existiera en que el noble perdido fuese la antípoda de los rasgos de su yo en el presente. Eso nos pasa con Alan.
Todos sabemos de los narco indultos, todos escuchamos los petro audios, sabemos del desastre de Ica y su fallida reconstrucción y tenemos espantosos recuerdos de Bagua y los crímenes cometidos en nombre del tratado de comercio con los Estados Unidos y muchos sufren de agorafobia (el miedo a las colas) de solo escuchar una canción de los ochentas.
La dislexia generacional (de la que siguió primaria durante su gobierno fundamentalmente), es culpa de la política que permitió el ingreso de docentes con quinto año de secundaria a la carrera magisterial. Y aunque no creo en eso de quién mató más o menos: en su gobierno se mató a gente encarcelada, utilizando la Marina de Guerra del Perú, saliendo la orden desde Palacio de Gobierno, en manos del no menos tenebroso Agustín Mantilla.
Se cometieron crímenes inhumanos por parte de las fuerzas armadas de los que nunca fue acusado Alan García. Se libró tan bien siempre este político que destruyó la economía de nuestro país, algo que no sucedió con otro inefable que le sucedió, quien frenó la caída libre, pero la ambición desmedida y la irrefrenable cleptocracia instalada lo llevaron a la cárcel. A Alan no… Alan habla tan bonito, que puedes creerle la encarnación de la Sarita Colonia.
Tiene el perfume de Patrick Süskind escondido entre sus tetas. Alan es la peor opción dentro de todas las peores opciones que tenemos, aun cuando esté en alianza con Lourdes Flores Nano. Ah claro, no habíamos hablado de Lourdes Flores Nano. Dice la historia que era una política correcta, perseguidora de la justicia y aliada no obstante a los intereses de la derecha. Y que tropezó al final, marcando su suicidio político.