El tribunal de San Martín sentenció a Iván Kuzmin por el homicidio de la ciudadana rusa Lucia Lazarenko, ocurrido en agosto de 2024 en el centro “Dos Mundos”, y ordenó además el pago de S/ 80 mil de reparación civil.
El Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial Permanente de San Martín dictó una sentencia condenatoria contra el ciudadano ucraniano Iván Kuzmin (39), a quien impuso 15 años, 4 meses y 5 días de pena privativa de la libertad por el delito de homicidio calificado en agravio de la ciudadana rusa Lucia Lazarenko. La decisión fue emitida ayer durante una audiencia virtual.
El crimen ocurrió el 8 de agosto de 2024 en el Centro de Desarrollo Integral “Dos Mundos”, ubicado en el kilómetro 19 de la carretera Yurimaguas–Tarapoto. Tanto la víctima como el agresor se encontraban como pacientes en el establecimiento, conocido por ofrecer tratamientos y ceremonias con plantas medicinales. La sentencia establece que Kuzmin deberá cumplir la pena hasta el 13 de diciembre de 2029 en el penal de Yurimaguas o en el que disponga el INPE.

El hecho conmocionó a la población de Yurimaguas, pues ocurrió en pleno desarrollo de las festividades patronales en honor a la Virgen de las Nieves. Según el testimonio de Pepe Ordoñez Sánchez, propietario del centro, el ataque se produjo alrededor de las 8:30 de la mañana. En ese momento, los trabajadores intervinieron rápidamente, desarmaron y redujeron al agresor antes de la llegada de la Policía Nacional.
Durante la audiencia de prisión preventiva, días después del crimen, Kuzmin declaró que la noche anterior había ingerido ayahuasca junto a la víctima y que supuestas alucinaciones provocadas por la sustancia habrían desencadenado su violento accionar. Aunque esta versión fue incorporada al proceso, no eximió al acusado de su responsabilidad penal.
Además de la pena de cárcel, el tribunal ordenó el pago de S/ 80 000 por reparación civil, monto que deberá ser entregado a los familiares de Lazarenko. La sentencia cierra un caso que generó amplio rechazo en la comunidad y que pone nuevamente sobre la mesa la urgencia de reforzar las medidas de seguridad en centros dedicados a prácticas de medicina tradicional y uso de plantas ancestrales.



