El Colegio Manuel Scorza de Tocache se viste de luto tras la pérdida de uno de sus más queridos docentes, Sebastián Ponte Mendoza, quien falleció en un trágico accidente la mañana del lunes a las 07:00 horas.

El incidente ocurrió cuando Ponte Mendoza retornaba de la ciudad de Huancaspata, en la provincia de Pataz, a bordo del vehículo de la Empresa El Rey, que cubre la ruta Tocache – Pataz. Testigos aseguran que el vehículo se despistó debido al mal estado de la vía en la zona de Huanchil, dejando como saldo un herido grave, aún no identificado, quien fue trasladado de emergencia al Centro de Salud de Huancaspata.

Sus colegas y la comunidad educativa lamentan profundamente su partida. Los más de 70 maestros del Colegio Manuel Scorza expresaron que Sebastián deja un legado inmenso, no solo en conocimientos, sino en valores. «No solo enseñaba materias, enseñaba valores con paciencia infinita, con una sonrisa sincera y con un corazón siempre dispuesto. Formó generaciones de Scorcinos que hoy llevan sus enseñanzas como una luz en su camino», señalaron.

El subdirector, Prof. Arturo Saldaña Vela, al enterarse de la triste noticia, expresó que, para sus estudiantes, Sebastián fue más que un profesor: fue guía, consejero y ejemplo. Para sus colegas, un compañero leal, siempre dispuesto a apoyar y compartir. Para su familia, un orgullo que dedicó su vida a sembrar conocimiento y amor en cada aula que pisó.

«Nos duele profundamente decir adiós, pero sabemos que las personas como él nunca se van del todo. Su voz seguirá resonando en los pasillos, sus gestos seguirán inspirando y su ejemplo vivirá en cada niño y joven que tocó con su enseñanza», afirmó con voz entrecortada Óscar Cachique, en representación del emblemático colegio, cuyo lema es «Ser Scorcino es un Honor».

En su memoria, los docentes y estudiantes recuerdan a Sebastián como un ejemplo de entrega, dedicación y amor por la educación. Su historia y su legado seguirán siendo parte de la comunidad Tocachina, inspirando a futuras generaciones a seguir sus pasos con los mismos valores que él sembró en cada aula.

Hoy no decimos “adiós”, maestro, sino “hasta pronto”. Gracias por cada palabra, por cada lección, por cada instante que regalaste. Tu historia vivirá en nosotros por siempre.