23.8 C
Tarapoto
domingo, diciembre 8, 2024
spot_img

Que se vayan todos… ¿para que venga quién?

La renuncia de Boluarte, un paso para salir de la crisis en Perú, pero ¿Por qué no dimite?

Convocar nuevas elecciones con las mismas reglas de juego y los mismos actores, sin una reforma integral que incluya a la ciudadanía, será un “que se vayan todos para que vuelvan los mismos” e incluso autoridades más regresivas en materia de derechos y RESPETO A LA DEMOCRACIA.

Ante ello, ¿volverán a pedir que se vayan los que llegaron? En una crisis general como la que vivimos, urge asumir salidas de fondo e integrales, cerrando el ciclo de inestabilidad y renovando el pacto social con MÁS DEMOCRACIA.

Según analistas y manifestantes, la solución más rápida a la crisis sería la dimisión del Ejecutivo en Perú, pero la falta de voluntad política.

Así lo plantea Gerónimo López, secretario general de la Confederación General de Trabajadores del Perú. «Lo único que puede dar solución a la convulsión que se vive en este momento es la renuncia de Dina Boluarte, si ella anuncia su salida por la paz del país, calmaría los ánimos del pueblo y es probable que se haga una pausa en las protestas. Pero si no renuncia se agudizará más la situación».

Para el analista político Carlos Meléndez, lo que vive Perú es mucho más difícil de desenredar, no basta la renuncia de Boluarte. «Este es un escalamiento de la crisis que viene del 2016.

En este momento, es más aguda y con cada vez más actores. Es una situación esperable y difícil de comprender fuera de Perú, porque aquí hay una suerte de combinación de crisis políticas», dice.

«En Perú, conviven la territorialización del conflicto como en Bolivia, la inestabilidad presidencial que tuvo Ecuador, el legado de una guerra civil con narcotráfico como en Colombia, la penetración de poderes ilegales como en América Central y la izquierda movilizándose para terminar con ‘la constitución de la dictadura’ como en Chile. Esto hace que el caso peruano sea tan peculiar», explica Meléndez.

Para el analista, la actual crisis peruana «no hay una salida a la vista, pero a corto plazo hay dos caminos posibles: por un lado, que el Ejecutivo cambie, ya sea por renuncia o destitución de parte del Congreso, pero en este instante no existe la voluntad política en ese sentido», constata.

«La otra posibilidad es que las protestas sociales sigan incrementándose de tal manera que presionen a uno de estos dos actores a cambiar de decisión, pero todo depende de si otros actores que respaldan al gobierno, como las fuerzas del orden y sectores empresariales, deciden que llegó el momento de restarle apoyo al Ejecutivo», agrega. Visto así, «todo está literalmente suspendido en el aire».

Para cuándo las futuras elecciones

A pesar de lo confuso que resulta el devenir político, existe cierto consenso sobre que la solución más rápida para lo que se vive hoy en Perú sería la renuncia de Boluarte, pero ¿por qué no dimite?

José Carlos Requena, analista político apunta a que Boluarte «tendría temor de lo que le pueda pasar si pierde las inmunidades y por eso no renunciaría. Pero no hay duda de que la salida rápida sería que, ante la imposibilidad de que el Congreso se ponga de acuerdo, la presidenta renuncie, forzando la convocatoria de elecciones en un lapso de entre cuatro a nueve meses, que debe darse de forma inmediata según la Constitución. Es un hecho que tendremos elecciones anticipadas porque una situación como la actual es insostenible hasta el 2026, la pregunta es cuándo serán esas elecciones».

Requena advierte, no obstante, que una nueva elección general es, apenas, el próximo paso lógico en esta crisis: «Los comicios pueden ayudar a que la solución empiece, pero no va a ser una solución final, porque incluso podrían llevarnos a un mayor deterioro, si se repite lo ocurrido en la última elección, con dos candidaturas prácticamente empatadas, en lo que sería un escenario muy similar al del 2021».

«El Congreso evidencia su voluntad de quedarse hasta el 2026»

Por sus recientes votaciones, la última de ellas en rechazo a un proyecto que buscaba adelantar las elecciones generales para este 2023, el Congreso ha dejado en evidencia su voluntad para quedarse hasta el 2026, señaló, el antropólogo Eduardo Ballón.

«Un Congreso que hace ya mucho tiempo que está decidido a no abandonar los pequeños poderes que comparten y que ocupan los distintos grupos que lo integran. Y un Congreso que al sentirse hackeado primero por la calle con las movilizaciones termina aceptando la posibilidad de un adelanto para el 2024.Y empieza a darle largas hasta que resulta siendo nuevamente hackeado por movilizaciones que terminan instaladas en Lima para hacerse oír y para hacerse claramente visibles, pero termina también afectado por esta huida de la mandataria que, aunque de manera cantinflesca, busca trasladarle la responsabilidad al Congreso sin haber resuelto su relación con su primer ministro, que es en realidad, diera la impresión, quien actúa de ventrílocuo», dijo en entrevista con Javier Torres.

«Y el Congreso nuevamente, por eso decía previsible, evidencia su voluntad de quedarse hasta el 2026 porque interpreta que esa también, por lo menos por un rato, es la voluntad de Dina Boluarte y juega al espectáculo que hemos mirado estos días del adelanto de elecciones que ha tenido gran cantidad de variantes, cada una de ellas más patética que la anterior, escondiendo con argumentos distintos, desde Perú Libre y algunos sectores en nombre de una Asamblea Constituyente, que es de vida o muerte; en el caso de la derecha extrema, en nombre de aquellas reformas políticas que requieren para la seguridad que exigen de seguir en los lugares que ocupan», señaló Ballón.

Cabe resaltar que, en otros países como Brasil o Francia, se han llevado a cabo masivas protestas, pero el resultado ha sido detenciones, pero no muertes.

Artículos relacionados

Mantente conectado

34,618FansMe gusta
406SeguidoresSeguir
1,851SeguidoresSeguir

ÚLTIMOS ARTÍCULOS