La quinilla es una madera muy dura y por lo mismo codiciada por los destructores del bosque, quienes tienen un obstáculo
Por: Lenin Quevedo Bardàlez
En los últimos dos meses hemos presentado diversas áreas del bosque seco del Huallaga Central en la región San Martín, hoy culminamos con el Quinillal, lugar en el que el 80% de los bosques son conformados por árboles de ese nombre.
Son 10557 hectáreas ubicadas entre las provincias de Bellavista y Picota (en los caseríos de Santa Flor, centro poblado Nuevo Control, centro poblado José Gálvez, centro poblado Almirante Grau y el centro poblado Winge, este último, el único de la provincia de Picota), y que necesitan de la urgente acción de hombres que crean en el bosque como alternativa, pues de lo contrario desaparecería la biodiversidad de este espacio, único en el planeta y además uno de los más afectados por la deforestación y observado con ambición por otros que ven en la Quinilla una posibilidad de hacer negocios, ya que esta es una de las maderas más duras y por lo tanto de buen precio en el mercado. Los beneficiarios son 19948, siendo la gran mayoría personas que están de acuerdo con el trabajo de la organización.
Fue la deforestación, según nos cuentan, lo que impulsó a un grupo de hombres y mujeres, a ponerse las manos al corazón y empezar a cuidar este bosque que tanto lo necesita.
Idelso Isuiza Tenazoa, presidente de la Concesión para Conservación El Quinillal, nos indica que hubo un momento en el que la sensación de calor y los daños ocasionados por la transformación del paisaje ya eran demasiado evidentes, por lo que al ver que las autoridades no se ponían de acuerdo, decidieron tomar las riendas de este asunto.
“Esto era antes un área de conservación municipal, pero estaba abandonada por lo que mucha gente ingresaba para destruirla, es ahí cuando tomamos la decisión de empezar a cuidar la naturaleza para seguir gozando de sus beneficios”, refiere.
Pero además, este es un depósito de muchas maravillas, que se cuentan entre plantas medicinales y ornamentales, como la ya muy conocida corona de los ángeles o asta de venado, que tiene además el nombre de platicerium andino, una especie única de la que ya hablamos antes. Son 98 especies de plantas, 133 de fauna que se han encontrado en el área.
Asimismo, aquí se trabaja pensando en el futuro, por ello, los hijos de los socios se han puesto las pilas y hoy son parte de la organización.
Cabe destacar que Amazónicos por la Amazonía, AMPA, ha desarrollado una labor invalorable en lograr la entrega de la resolución de concesión para conservación del Quinillal a través del asesoramiento técnico que desarrolló. Este esfuerzo ha sido señalado por Cynthia Garland, responsable de la iniciativa de conservación comunal de AMPA, refirió e entrevista con este diario, que ellos seguirán brindando el apoyo necesario para lograr la consolidación de esta organización y de otras que trabajan en el amenazado bosque seco.
Sin ninguna duda, el Quinillal es otro ejemplo que el ciudado de los bosques es una acción ciudadana con grandes resultados y que es el camino para conservar el bosque seco de la región San Martín, que cada día se encuentra más amenazado. Cuidemos el Quinillal, que es cuidar el futuro del agua, lejos de las ambiciones de personajes a los que San Martín no les debe nada.