La asociación Alto Ahuashiyacu que administra desde el 2005 la catarata de Ahuashiyacu, celebró recientemente un aniversario de creación, reconociendo la labor que realizan en la administración y gestión del principal atractivo turístico que tiene la ciudad de Tarapoto.
Actualmente los ingresos que percibe la asociación por ingresos y actividades turísticas en la zona de la catarata, se destinan al pago de guardabosques, actividades de recuperación y reforestación en zonas que fueron áreas de cultivo, mantenimiento y mejoramiento del acceso y servicios que ofrece la zona, entre otras acciones conducentes a realzar el entorno natural, así como frenar invasiones y reducir índices de deforestación.
El trabajo de conservación de la biodiversidad existente en esta zona que forma parte del Área de Conservación Regional Cordillera Escalera (ACR-CE), tiene vital importancia porque cuida las nacientes de agua que abastecen a la quebrada del Ahuashiyacu, la cual es captada en la parte media por la empresa Emapa San Martín, para luego ser distribuida a una parte de la población del distrito de la Banda de Shilcayo y la parte baja de la ciudad de Tarapoto.
ANIVERSARIO Y RECONOCIMIENTO
Mediante una ceremonia simbólica, la asociación Alto Ahuashiyacu celebró a inicios de abril, su aniversario número trece en el local del Club Social Deportivo Sucre y contó con la presencia del director de manejo ambiental del Proyecto Huallaga, Ricardo Larenas Rivas, quien manifestó su compromiso de brindar su apoyo a esta organización para que continúen realizando actividades control, vigilancia y conservación.
Oriol Fasabi Carbajal, presidente de la asociación, manifestó que tienen legal y moralmente, la responsabilidad de administrar y proteger 1500 hectáreas de bosque ubicadas en la parte alta de esta microcuenca que genera agua para las partes bajas. Y al mismo tiempo ofrece un atractivo para los visitantes a nuestra ciudad.
Del mismo modo Mauro Sánchez, integrante de la asociación recordó que desde los años 80, esta microcuenca ha sufrido el mal uso de suelos mediante las actividades agrícolas, la deforestación, la ocupación desordenada producto de la migración, el crecimiento poblacional disperso, entre otras acciones antrópicas hoy controladas.