Luego de dos años, el retorno a clases – suspendido por la pandemia COVID 19 -, se vuelve un imperativo.
Es que la educación va más allá de la transmisión que desde luego es importante. El fin de la educación es FORMAR PERSONAS. Tal cometido es posible únicamente a partir de la interacción directa y permanente entre sujetos de la educación. En el nivel superior, la educación sobrepasa a la formación de profesionales.
El retorno a clases en las actuales circunstancias merece evaluarlo. Exige la intervención intersectorial para la atención educativa integral de los estudiantes en los diversos contextos territoriales, tal como precisa la R.M. 048-2022. Entonces, el retorno garantizado a clases, no es únicamente responsabilidad de maestros y padres de familia, sino también de las autoridades.
Habría que tener presente que las instituciones educativas no sean centros de contagio masivo del COVID 19. Ello se resuelve a partir de implementar medidas de bioseguridad (mascarilla, alcohol y distanciamiento) y de aplicar la vacuna respectiva y en dosis completa a todos. Con el fin de garantizar el cumplimiento del protocolo sanitario y propiciar el retorno escolar, el estado ha destinado cerca de seis millones de soles para adquisición de mascarillas, protectores faciales y lavamanos.
Según la DRE-SAN MARTIN, hasta diciembre del 2021, el 92.2% del personal de la Educación Básica, se había vacunado. Mientras que solamente el 20,4 % de estudiantes cumplían con tal requisito. Llegar al 100% de vacunad@s, no depende solamente del sector salud, sino también de la población.
Hay situaciones objetivas y subjetivas que solucionar. Unas le corresponde resolver al estado y otras es de implicancia directa del profesorado.
Al estado le corresponde atender las demandas sobre INFRAESTRUCTURA. Los promotores de la educación privada tienen también la obligación de invertir en sus locales. De los 2 195 locales educativos, el 96% es de carácter estatal. Estos locales en estos dos años estaban cuasi abandonados. La mirada debe centrarse no solamente en limpieza, pintura y mobiliario, sino en la calidad de la infraestructura, aforo, implementación tecnológica y servicios básicos (agua permanente y desagüe). Si la asistencia fuese permanente, necesitamos más aulas y más docentes. Este requerimiento está muy lejos de resolverse pronto, siendo por tanto la semipresencialidad una alternativa. Pero con ello no acortamos agresivamente las brechas educativas que están pendientes solucionar.
Si la semipresencialidad es por ahora la mejor opción, el otro tiempo de no asistencia será virtual. La virtualidad es duro escollo, pues el 85% de hogares no tiene internet. Se suma a esto que miles de familias no pueden adquirir celulares, tabletas o laptop para cada hij@. Es entonces cuando la radio, o la televisión y hasta un sistema de alto parlantes, seguirán paliando esta cruda realidad.
En el otro ámbito, la responsabilidad que tiene el PROFESORADO al retornar a clases, debe ser cuidadosa. Considerar al estudiante como si volviese de vacaciones, no sería atinado.
Debemos repensar la metodología a emplear. No es correcto trasladar mecánicamente una acción didáctica de una realidad a otra diferente. Previo a clases, los colectivos magisteriales de cada institución educativa deben trabajar temas como:
¿Qué aprendimos como profesores y estudiantes con la modalidad virtual?
¿Qué no aprendieron nuestros estudiantes?
¿Cuáles serían los desafíos pedagógicos para promover los aprendizajes no logrados?
Responderlas ayudará a establecer una ruta pedagógica a seguir.
Señalo algunos aspectos no atendidos con la educación remota: 1) socialización 2) psicomotricidad 3) competencias científicas y artísticas 4) aprendizaje cooperativo 5) regulación emocional.
La tarea es grande como siempre y es cuando debemos ofrecer el total respaldo al maestro.
Se concluye que el problema educativo es de carácter estructural. Resolverla implica la asunción de políticas de estado y no de gobiernos de turno, que por mezquinos intereses suelen empezar de cero. Declarar la educación como PRIORIDAD POLITICA en el país, es urgente.