“El Tigre” tiene todo el derecho de seguir trabajando así existan comentarios polémicos y desatinados. Pongamos por delante la realidad sobre el romanticismo. De amor no se vive”
El jueves 25 de enero del 2024 quedará marcado en el almanaque como un día simbólico para dos naciones. Precisamente en esa fecha se ha dado inicio a un nuevo capítulo en la vida de Ricardo Gareca al comprometerse con Chile, con la única consigna de levantar a su selección nacional en el camino a la Copa del Mundo 2026, dejando tocado a Perú, la nación que lo albergó por cerca de ocho años disfrutando logros épicos que ubicaron a la ‘bicolor’ en el mapa como no sucedía en varias décadas.
No nos vamos a mentir, Gareca fue el gran referente no sólo de la selección, sino también del fútbol peruano. Incluso podríamos decir que fue el hacedor, el orfebre de un plantel histórico que supo llevarse por delante a la adversidad para imponer acontecimientos históricos que hoy permanecen intactos en nuestra memoria. Gracias a Ricardo volvimos a un Mundial tras 36 años de ausencia. Gracias a Ricardo quedamos a un paso de ser campeones de América y reeditar una nueva clasificación mundialista. Gracias a Ricardo nos mantuvimos más de un año invicto. Y gracias a Ricardo volvimos a creer en el jugador peruano.