Las plantas no utilizan de-sodorantes. Ellas sudan. Sudan el agua que le roban a la tierra, para devolverla al aire, a través de las hojas. Y sudan tanto las plantas que influencian en el clima. En la Amazonía, sudan tanto los árboles que mantienen el aire húmedo por más de 3 mil kilómetros más allá de sus límites, en el continente americano.
Las nubes reciben su precioso líquido, el sudor de los árboles, sobre la floresta. Ellas luego se descargan y son recibidas otra vez por las raíces en el suelo, otra parte de su agua se interna en el subsuelo y descansa en verdaderos mares subterráneos.
Pero imagine esta dimensión. Un árbol grande, puede bombear del suelo y transportar a través de sus hojas a la atmósfera, más de mil litros de agua en un solo día. Y de esos árboles, hay en la Amazonía, centenas de billones. ¡Veinte toneladas de agua por día son transpiradas por todos los árboles de la Amazonía! Estos verdaderos geisers, son un río de vapor más importante incluso que el Amazonas.
Más de 22 billones de toneladas de agua circulan sobre nuestras cabezas. El río más grande del mundo, al desembocar, lanza sobre el Atlántico 17 billones de toneladas de agua por día. El río de los cielos es más grande, aun cuando desde 1500, haya perdido la mitad de su caudal.