En el corazón del Alto Mayo, región San Martín, se encuentra la Ruta del Café Makisapa, una experiencia sensorial que conecta a los visitantes con la cultura cafetera, la biodiversidad amazónica y las tradiciones ancestrales de Moyobamba, conocida como la “Ciudad de las Orquídeas” y capital regional de esta zona amazónica del Perú.
Cada año, miles de turistas arriban a San Martín atraídos por su café arábica de alta calidad, reconocido a nivel nacional e internacional por su sabor delicado, notas frutales y florales, acidez vibrante y cuerpo medio a completo. Cultivado entre los 800 y 2,100 metros sobre el nivel del mar, este grano posee características únicas que lo convierten en uno de los más apreciados del país.
En 2017, un grupo de jóvenes emprendedores, en alianza con organizaciones de productores locales, dio vida a la Ruta del Café Makisapa, un circuito temático que permite al visitante vivir todo el proceso del café desde la planta hasta la taza. Esta iniciativa, liderada por Milner García Abad y Juliana Solís Barón —hijos de cafetaleros y profesionales comprometidos con el desarrollo local— busca promover el consumo responsable, revalorar la cultura local y fomentar un turismo sostenible que beneficie directamente a las comunidades de Moyobamba.
El nombre del emprendimiento hace alusión al mono Makisapa o mono araña, una especie amazónica en peligro de extinción, cuyo hábitat se ve afectado por la deforestación. En quechua, maki significa “mano” y sapa, “grande”. Esta elección busca rendir homenaje a la fauna amazónica y generar conciencia ambiental.
La Ruta del Café Makisapa ofrece una de las experiencias más auténticas del turismo alternativo en el Perú. Los visitantes no solo degustan café de origen, sino que participan en labores agrícolas, aprenden sobre el beneficio del grano, toman parte en catas y preparan café con métodos artesanales, todo esto acompañado de relatos culturales, música, gastronomía local y saberes tradicionales.
“Desde que comenzamos hace más de siete años, nuestra misión ha sido revalorar el patrimonio cultural e inmaterial de San Martín, especialmente de la etnia Awajún, mostrando cómo el café pasa por cada proceso artesanal antes de llegar a la taza”, explica Milner García Abad.
Actualmente, el proyecto genera empleo para unas 20 personas, en su mayoría mujeres, promoviendo su empoderamiento económico real. “Creemos que una sociedad más justa empieza por dar oportunidades a quienes han sido históricamente excluidos del desarrollo”, señala.
Además de la experiencia cafetera, el emprendimiento ha desarrollado productos derivados innovadores, como manjar de café, macerados, cócteles, infusiones de cáscara de café deshidratada —con propiedades antiinflamatorias y reguladoras de insulina—, así como jabones artesanales con propiedades antioxidantes, hidratantes, exfoliantes y reductoras de celulitis y piel de naranja.
La Ruta del Café Makisapa no solo celebra el sabor del café, sino que representa una apuesta por la sostenibilidad, la inclusión y el orgullo amazónico que brota desde las alturas de Moyobamba hacia el mundo.