Las encuestas son las herramientas que nos permiten hallar las ansiadas respuestas que deseamos conocer y que a través de empresas especializadas le hacemos al gran público en determinadas ocasiones.
Ahora que, no todas las encuestadoras son realmente confiables y en algunas oportunidades han salido con su domingo siete. Algunas se han identificado con ciertos partidos políticos al punto que mucho antes del término del operativo ya los medios avizoran resultados.
En el caso patético del Apra y del Fujimorismo se ha dado en innumerables eventos electorales, obviamente no mencionamos a dichos encuestadores para evitarnos las molestias propias de una demanda, pues sería muy aparatoso y complicado demostrarlo.
Este sector del público, ha sido denominado técnicamente de esta manera por las encuestadoras, efectivamente existe este tipo de individuo conformante de la gran masa de ciudadanos que hormiguea por las calles de todos los pueblos, en todo el mundo.
El entrevistado de estas características, generalmente tiende a negar su participación al ser encarado por el encuestador. Sus respuestas son cortas y terminantes o huecas y vacías, no es capaz de abundar en detalles de ser necesario, pues casi todas son muy directas y solo se requieren monosílabos. Esta actitud o comportamiento es típico del ciudadano que no lee; y no solo hablamos de periódicos y/o revistas, no ve ni oye televisión y radio, con programas de corte político o con información y comentarios de esta índole.
Desgraciadamente el prototipo del; no sabe, no opina, abunda en nuestro país entre la población menos culta, aunque sin generalizar. Obviamente, este ciudadano emitirá su obligatorio voto, para evitar la multa, no teniendo la capacidad para discernir y votando al azar, es más que probable que favorezca al candidato menos apto, al que menos méritos, cualidades y virtudes posee.
Un buen aviso publicitario y además abundantemente repetido en los medios electrónicos de comunicación, se insertara en el subconsciente de quien lo oiga, aflorará al consciente en el momento de la votación. El obsequio denigrante, e infamante que entregan a los sufragantes, “ya sabemos quiénes”, aflora a su mente y le recuerda que se ha “comprometido” a la entrega de su voto.
Cientos de miles de humildes ciudadanos en las 3 regiones del Perú. Son forzados a votar por personas que no aprecian, que no califican como buenos prospectores para gobernar.
Parece ser que hay una estrecha relación entre no darle una educación de calidad al pueblo de los últimos estratos de manera que no entienda, no comprenda; que el progreso y el desarrollo de su País pasan por elegir a personas capaces y honorables.