Giuliano Díaz
Desde el 2017 estoy vinculado al deporte como dirigente del Club Tarapoto City, soy presidente del club de los Otorongos Negros, que fundé junto con mi hermano, mi papá, mi cuñado y mi amigo Jhorky. Hemos sufrido derrotas y también hemos tenido grandes victorias. Perdí dos finales y dos eliminatorias. Nunca ha sido fácil, siempre hemos estado al límite, tratando de dejar una huella para que otros puedan replicar nuestras buenas prácticas. Y así fue: muchos clubes siguieron nuestros pasos, y muchos deportistas lograron convertirse en buenas personas, que siempre fue el objetivo. Algunos incluso ingresaron a la universidad como deportistas calificados.
Una de las tareas más difíciles que nos ha tocado realizar es conseguir auspicios por parte de la empresa privada. El empresario privado no invierte en el fútbol; a muchos de ellos les gusta el deporte, pero solo como espectadores desde las tribunas. Otros, que también disfrutan del fútbol, sueñan con ser futbolistas. Hay clubes que tienen un empresario que financia todo buscando un cupo en la profesional. Otros clubes, como el nuestro, funcionan gracias al aporte de socios, actividades y pagos por publicidad.
El fútbol en nuestra región es competitivo, pero también muchas veces injusto. Grandes campañas se han desperdiciado por problemas extradeportivos dentro y fuera de la cancha, lo que desanima a quienes tienen recursos para invertir. Seamos sinceros: muy pocas personas aficionadas o fanáticas del fútbol se ven como dueños o dirigentes de un club. La mayoría de las personas quieren ser jugadores de fútbol. Por eso, modelos de negocio como Madrugadores FC tienen tanto éxito; ofrecen la oportunidad de que alguien se convierta en jugador, y jueguen bien o no, están allí para intentarlo.
En cambio, la Copa Perú tiene otro nivel competitivo. Si quieres conseguir un título o un cupo en las siguientes etapas, necesitas mucha dedicación e inversión. Es necesario formar un buen equipo que combine jóvenes y jugadores experimentados para lograr resultados. Ese trabajo con jóvenes es algo de lo que carecen la mayoría de los clubes.
Los jóvenes menores de 14 años recién comienzan a ser vistos cuando cumplen 18 o 19 y participan en la Copa Perú. Sin embargo, es crucial trabajar con ellos desde antes, ya que es muy difícil que a esa edad tengan una oportunidad en el nivel profesional. Por eso se necesita el apoyo de la empresa privada con responsabilidad social, que ofrezca oportunidades para que estos chicos sean vistos por los clubes de la capital con proyección de desarrollo.
En el corazón del Valle del Mishquiyacu, una buena noticia alegró a las madres y padres del distrito de Pilluana. La empresa Sal Amazónica ha demostrado su compromiso con el desarrollo de la juventud al brindar un apoyo desinteresado al fútbol de menores. Esta iniciativa busca impulsar el deporte como una herramienta de integración y superación para los niños y jóvenes de la comunidad.
El equipo juvenil “Los Cabellitos”, bajo la dirección técnica del profesor Víctor Cabellos, ha clasificado a la etapa nacional de la Copa de Oro 2025, un logro que llena de orgullo a Pilluana y al distrito de Tres Unidos, provincia de Picota, donde se formó y entrenó este talentoso grupo. Con el respaldo de Sal Amazónica, los 20 deportistas que conforman el equipo se preparan para viajar a Lima a finales de este mes y representar a la región San Martín en una competencia que reúne a los mejores equipos juveniles del país.
José Luis Pinedo, gerente de Cerro Sal Perú y de la marca Sal Amazónica, la sal rosada de nuestras montañas en el valle del Mishquiyacu, no solo genera empleo para la población local y colabora con actividades de los distritos y caseríos cercanos, sino que también contribuye con el pago de impuestos y tasas municipales. Además, impulsa iniciativas como esta, permitiendo que estos chicos puedan cumplir el sueño de jugar en Lima frente a cazatalentos. Su entusiasmo por este importante equipo deportivo lo llevó a tocar puertas de otros empresarios y autoridades, logrando que la alcaldesa Lluni Perea se comprometiera a brindar ayuda económica y cubrir los pasajes para facilitar el viaje a Lima. Este apoyo no solo simboliza un respaldo material, sino también una muestra de confianza en el potencial de los chicos para dejar en alto el nombre de su comunidad.
El equipo de “Los Cabellitos” se prepara con dedicación y disciplina para enfrentar la competencia. Este grupo de jóvenes talentos no solo busca dejar su huella en la Copa de Oro, sino también ganar los partidos en agradecimiento al respaldo de Sal Amazónica. Muy pocas empresas se comprometen de esta manera, dedicando recursos y tiempo para lograr el objetivo.
Estas son noticias que alegran, motivan y nos recuerdan que, cuando un proyecto es serio y se conjugan el trabajo de los jóvenes, el entrenador, las madres de familia, la empresa privada y las autoridades municipales, es posible competir. En unos días, estos deportistas partirán con el sueño de traer un nuevo trofeo a San Martín y con la certeza de que representan a una región que cree en ellos.
¡Éxitos, “Cabellitos”! ¡Gracias, Sal Amazónica!