Porque en San Martín, las cifras no solo hablan de personas: hablan de futuro.
La región San Martín se debate entre el dinamismo de su población joven y las barreras socioeconómicas que frenan su verdadero potencial. Según las proyecciones demográficas para 2025, San Martín contará con una población estimada de 981.4 mil personas, representando el 2.9 % del total nacional. Detrás de esta cifra, sin embargo, se esconden realidades que reflejan tanto oportunidades como retos profundos.
Juventud como activo estratégico
Los datos del cuadro de segmentación etaria muestran que el 41.1 % de la población sanmartinense tiene menos de 25 años. Esto incluye a más de 111 mil niños de 0 a 12 años, casi 80 mil adolescentes de 13 a 17 años, y alrededor de 107 mil jóvenes entre 18 y 24 años. Estas cifras sitúan a San Martín en el corazón del bono demográfico del país, con una fuerza potencial que podría impulsar el desarrollo productivo, la innovación y la transformación social.
Este “capital humano joven” forma parte, además, de las generaciones emergentes. Según el desglose nacional por cohortes, la llamada “Generación Alfa” (nacidos desde 2011) y los “Centennials” (1996-2010) concentran el 46.5 % de la población total del Perú, y aunque los datos por región no están detallados, San Martín, por su estructura etaria, seguramente tiene un peso mayor en estas generaciones.
El muro invisible de la desigualdad
Pero la juventud no es garantía de bienestar. Un análisis de la estructura socioeconómica APEIM (niveles AB, C, D y E) revela que el 79.2 % de la población sanmartinense se encuentra en los estratos D (47.2 %) y E (32.0 %). Solo un 2.0 % pertenece al nivel AB, cifra muy inferior al promedio nacional (10.8 %). Esta composición retrata una región en donde las oportunidades se distribuyen de forma desigual y el acceso a servicios de calidad sigue siendo limitado.
Este dato cobra mayor peso si se lo compara con regiones como Lima (donde el 36.4 % está en AB y C) o Arequipa (34.0 %), consolidando la brecha entre la Amazonía y la costa central del país.
La doble carga de género y territorio
En San Martín, la población femenina (499.6 mil) apenas supera a la masculina (481.8 mil), una diferencia sutil que no modifica sustancialmente la distribución por sexo. Sin embargo, en contextos rurales y periféricos como este, las mujeres suelen enfrentar barreras adicionales en acceso a educación, empleo digno y participación política. Las cifras de segmentación por edad, por ejemplo, no revelan la alta deserción escolar femenina en zonas rurales, ni la informalidad laboral que afecta en mayor proporción a las mujeres jóvenes.
Urge una agenda pública con enfoque territorial
Con más del 40 % de su población en edad formativa, San Martín enfrenta una disyuntiva crítica: o se convierte en un polo de desarrollo regional con políticas focalizadas en educación, innovación tecnológica y empleo juvenil, o sigue atrapado en el círculo vicioso de baja productividad, migración forzada y deterioro ambiental.
Hoy, el Estado peruano tiene en San Martín una oportunidad de mostrar que las estadísticas pueden transformarse en decisiones. Invertir en esta región no es solo cerrar brechas: es sembrar futuro en uno de los pulmones sociales del país.
Los indicadores muestran un territorio vibrante, pero desigual; joven, pero desatendido; esperanzador, pero urgido de cambios estructurales. El reto está en convertir el bono demográfico en desarrollo real y sostenido.