punto y sigue
Edy Tirado Ramos
columnista
Diversas fueron las propuestas que como banderas hondeo Nueva Amazonía y por las que consiguió el respaldo del pueblo sanmartinense, población que estaba hastiada de la forma como el APRA había conducido los destinos de nuestra región con Max Ramírez primero y con Julio Cárdenas luego. Fueron tales las peleas y pugnas que hicieron de esa gestión aprista un verdadero desastre.
Nueva Amazonía ganó las elecciones frente al fujimorismo que tenía en San Martín a uno de sus epicentros, se suponía a uno de sus principales bolsones electorales, en esas circunstancias se impusieron propuestas como “0” corrupción, región verde y el millón de árboles, entre otras como la atención al agricultor con la famosa ruptura de sobrecitos de café en cada mitin o la ilusión a los jóvenes que se iba a darles preferente atención y por supuesto no falto una propuesta importante, la lucha frontal contra la inseguridad ciudadana.
Estas propuestas llamaron la atención y permitieron la adhesión de vastos sectores de la sociedad, las izquierdas apostaron, los jóvenes nos fajamos, las mujeres encontraron una esperanza, los agricultores una posibilidad; lastimosamente a ocho años de gobierno de Nueva Amazonía el balance es deprimente. Veamos:
1.- “0” corrupción. Está demás ahondar en el desarrollo y explicación de este tema. Basta sólo apostar que nunca más Nueva Amazonía tendrá la autoridad moral para volver a ofrecer este misma propuesta, por lo menos la cara se les tendrá que sonrojar.
2.- Región verde. La deforestación no ha parado, se ha incrementado, aunque tenemos un plan de Ordenamiento del Territorio y estudios de Zonificación Económica y Ecológica, estos no están siendo implementados con la rapidez y responsabilidad que merecen y que exige la creciente ocupación desordenada de nuestro territorio, territorio que además no está debidamente definido ni con Amazonas, ni con la Libertad, ni con Loreto. Sólo con Amazonas -con la que nos entretuvieron cuatro años con el cuento de unidad birregional- están en disputa unas 300 mil hectáreas.
3.- Del millón de árboles. La verdad que no cuento con la cifra exacta de cuantos árboles se han sembrado en lo que va de la gestión Villanueva.
4.- Sobre la agricultura. Ni qué hablar, basta con conversar con cualquier agricultor para conocer cómo está el campo, o en todo caso basta conversar con los trasportistas, hoteleros, comerciantes, etc., para que todos coincidan en la frase: “la caída del café, nos ha fregado a todos”; es así, si el campo está mal, la ciudad también le va mal, y como nos va a ir bien, si se ha abandonado la investigación agraria, si no se tiene ni idea de trabajar una calendarización de siembras, un plan de cosechas o la búsquedas de mercados, etc.
5.- Y en cuanto a la seguridad ciudadana las cosas están muy mal, esta es creciente y no se vislumbra un plan serio, articulado y sostenible, hoy nuestro secretario técnico tiene bajo el brazo un plan de seguridad ciudadana, pero no tiene presupuesto, el año pasado hubo presupuesto pero no invirtieron ni un sol, por lo menos eso nos dice la pagina amigable de Economía y Finanzas.
Finalmente el tema energético, no ha merecido lamentablemente la atención que merece, que se ha realizado obras de electrificación sí, que se ampliado las redes, de eso no hay duda, pero de eso no se trata, se trata de ampliar la base energética, no sólo el servicio, los dos tiene que ir de mano, por eso hay que nos sacudimos de la ilusión de estos ocho años, tenemos la responsabilidad de asumir con mayor responsabilidad la apuesta por un futuro planificado y promisorio para nuestra región. En conclusión, tenemos que pasar de la ilusión a la apuesta por el cambio.