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sábado, julio 5, 2025
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¿Seguridad energética a costa de la Amazonía?

Proyecto de Ley que amenaza las Áreas Naturales Protegidas

Por Alberto Cabrera Marina

Un nuevo Proyecto de Ley (PL) ingresado al Congreso de la República busca modificar el artículo 5 de la Ley de Áreas Naturales Protegidas (Ley 26834), abriendo la puerta a actividades de exploración y explotación de hidrocarburos dentro de estos territorios, bajo el argumento de garantizar la “seguridad energética” del país. Sin embargo, la iniciativa ha encendido las alarmas de especialistas, organizaciones ambientales y comunidades amazónicas, que ven en esta propuesta una seria amenaza a la integridad ecológica del Perú y un grave retroceso en los compromisos asumidos hacia la transición energética y el desarrollo de energías limpias.

El proyecto plantea un cambio radical en el enfoque de conservación, colocando intereses económicos por encima de principios ambientales. Si se aprueba, permitiría que el aprovechamiento de recursos naturales no renovables pueda darse en todas las categorías de ANPs, siempre que una resolución ministerial lo autorice, debilitando el carácter restrictivo que hoy protege ecosistemas estratégicos y únicos a nivel mundial.

Una amenaza directa a la Amazonía peruana

Las Áreas Naturales Protegidas representan el 17,5% del territorio nacional y son fundamentales para mitigar el cambio climático, conservar la biodiversidad y sostener la vida de comunidades indígenas y ribereñas. La Amazonía, donde se concentra la mayor parte de estas áreas, podría sufrir impactos devastadores si esta norma se aprueba: fragmentación de hábitats, contaminación por derrames, deforestación y desplazamiento de comunidades serían consecuencias inevitables de ampliar las fronteras extractivas.

La población amazónica, que ha vivido las consecuencias de la actividad extractiva durante décadas, mira con escepticismo estas promesas de desarrollo. Basta recordar los constantes derrames petroleros en Loreto, donde las fugas de crudo han contaminado ríos, suelos y fuentes de agua de pueblos indígenas, afectando su salud y sus medios de vida.

Asimismo, la expansión de la minería ilegal, muchas veces con la complicidad o inacción del Estado, ha dejado huellas profundas en Madre de Dios y otras regiones de la cuenca amazónica, donde miles de hectáreas de bosque han sido arrasadas y el mercurio contamina ríos y cuerpos humanos. ¿Qué garantías reales existen de que un nuevo avance extractivo, ahora incluso dentro de las ANPs, no termine en otro desastre?

Una falsa dicotomía: seguridad energética vs. conservación

El argumento de la “seguridad energética” ha sido ampliamente cuestionado por expertos. En lugar de depender del petróleo o gas natural, fuentes altamente contaminantes, el Perú podría y debería acelerar la transición hacia energías renovables como la solar, eólica o hidroeléctrica de bajo impacto. Las propias políticas climáticas internacionales apuntan hacia la descarbonización, mientras que esta propuesta nos arrastra en sentido contrario.

Además, permitir actividades para hidrocarburos dentro de las ANPs vulnera compromisos asumidos por el Estado peruano, como el Convenio sobre la Diversidad Biológica y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. A nivel nacional, también desnaturaliza el propósito del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas (SINANPE), que desde su creación busca conservar el patrimonio natural en beneficio de las actuales y futuras generaciones.

Un golpe a la institucionalidad ambiental

Diversos colectivos ambientales han advertido que el proyecto de ley también representa un debilitamiento institucional del Ministerio del Ambiente (MINAM), que perdería autoridad frente a sectores como Energía y Minas o Economía, interesados en habilitar nuevos lotes sin considerar los impactos socioambientales. Esta subordinación de la política ambiental frente al extractivismo profundiza una tendencia preocupante que ya se percibe en otras medidas legislativas.

El rol de las comunidades y la sociedad civil

Frente a este panorama, organizaciones indígenas y sociedad civil organizada han comenzado a movilizarse, exigiendo el archivamiento del proyecto y un debate amplio, transparente y con enfoque intercultural. La experiencia ha demostrado que muchas ANPs no solo conservan la biodiversidad, sino que también sostienen actividades sostenibles como el ecoturismo, la bioprospección, la producción de castaña, cacao o café de calidad, iniciativas que generan empleo sin destruir la selva.

En lugar de debilitar la protección ambiental, el Perú necesita fortalecerla. La Amazonía no puede seguir siendo vista como un simple reservorio de recursos a explotar, sino como un ecosistema vital para la humanidad.

DATO: Más de 470 derrames petroleros afectaron la Amazonía peruana entre los años 2000 y 2019. Los lotes petroleros de la Amazonía y el Oleoducto Norperuano han sido fuente de 474 derrames entre los años 2000 y 2019. El 65% de los derrames se debió a corrosión de los ductos y fallas operativas.

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