Por: Willian Gallegos
Las siguientes palabras de advertencia, que sería creación de los indios Cree, de América del Norte, me llegó por el correo electrónico y lo envía el Ing. Félix Guerra Hoyos, quien fuera Gerente Administrador del Banco Agrario del Perú, hasta cuando Fujimori decidió liquidarlo: “Cuando el último árbol sea cortado, el último río envenenado, el último pez pescado, solo entonces el hombre descubrirá que el dinero no se come”. Frase que usted también podrá encontrarlo en le web.
No existe un mensaje más dramático como premonitorio de lo que va a ocurrir dentro de algunas décadas más, cuando los efectos de la destrucción del medio ambiente, por la voracidad del hombre –de pocos privilegiados—que busca a ultranza el hacer dinero y más dinero, con el apoyo de políticos desquiciados y decididamente corruptos, que no vacilan en favorecer a los poderosos para prácticamente regalarles inmensos territorios bajo hábiles estrategias, como casi se ha entregado los bosques amazónicos, mientras a “sus” pueblos les venden promesas e ilusiones.
Pero todo este esquema ha sido creado en nombre de la rentabilidad y la eficiencia: el hacer dinero. Un “periodista” limeño, recientemente desaparecido, manipulaba a través de los medios creando las condiciones para que todos los incautos mordieran el anzuelo y terminaran defendiendo los intereses de los poderosos, cuyo objetivo directo y con el mayor descaro es desaparecer el Estado y condenar a la mayoría de ciudadanos hacia el desamparo porque prevalecerán los “derechos” de las grandes empresas y esta posición la recogen y venden aquellos individuos que se consideran “expertos y planificadores del desarrollo”. Un indicador es el de sumarse a las críticas negativas, supuestamente eruditas, contra el “El capital en el Siglo XXI”, de Thomas Piketty, que hacen algunos tarapotinos y que he leído en la red social. Como siempre se pregunta Jorge Quevedo Chávez, insistimos: ¿A quiénes le han ganado?
Con relación a lo anterior, presente usted un reclamo escrito ante una transnacional. Jamás lo aceptarán, y quejarse ante alguna instancia es perder el tiempo. Porque el sistema del neoliberalismo ha creado una sociedad desamparada, pues de nada vale que se promuevan los derechos ciudadanos si quienes nos gobiernan son una sarta de bribones y pícaros, rodeados de otros cundas y defensores de los derechos de los que verdaderamente cortan el pastel. Otro ejemplo y horror de horrores: “nuestro” Fiscal de la Nación no muestra pergaminos aceptables y horroriza enterarse lo que de él dice Ricardo Uceda. El ex Fiscal, que archivaba todos los casos de su jefe, es otra muestra de la pobreza moral de nuestro país. Y si las cosas son así, ¿en quién podemos confiar?
Y el perverso espíritu de cuerpo. Por ejemplo, Mulder, un desacreditador profesional, defiende a ultranza a su líder, a quien considera un santo de toda santidad; Fabiola Morales y Patricia Juárez, consideran divino y sagrado al impresentable Mudo; José León Rivera, defendiendo al Cholo, y ahora el Cholo, al congresista León, en el famoso caso que la prensa destaca actualmente. Por eso, tan sensata la posición de Juan Sheput, como debería ser de todos los que se consideran comunicadores de opinión, o políticos: ecuánime, ponderado, sin ese perverso espíritu que está destruyendo a la sociedad peruana.
¿Y el medio ambiente regional? No hemos tenido autoridad ambiental que se haya involucrado en el tema y generar políticas y acciones de impacto. Solo hemos tenido un cotorreo incesante donde los expertos hacían talleres para elogiarse mutuamente, y ahora sí creo que se ha querido sabotear el sueño y objetivo de la Región Verde. El solitario interés de un consejero regional no tuvo el apoyo de la autoridad ambiental regional para generar una acción de impacto. Y si en los gobiernos locales también existe indecisión, angurria e inopia, el sueño de la Región Verde tendrá que esperar para ser realidad hasta que venga un europeo a hacerlo por nosotros.