Si no estamos organizados, si la policía no actúa con inteligencia y probidad, si los jueces y fiscales son benevolentes; si no nos organizamos, el crimen nos puede ganar
A CERRAR FILAS CONTRA LA DELINCUENCIA
Por Beto Cabrera Marina
Los últimos hechos de violencia que se registraron en la región San Martín, nos llevan a plantear y formular aspectos que, desde nuestra percepción no se articulan y por ende no están funcionando en todos los niveles, -no sólo con la autoridad- este es un tema en el que el colectivo en conjunto tenemos que asumir, antes que el delito profundice su accionar.
Ante la inseguridad que existe en la región y el país, implica trabajar en forma intersectorial, ahondar en la comprensión de un fenómeno como la delincuencia común, sus motivaciones, actores, patrones.
Es importante abordar la delincuencia común como el resultado de diversos problemas de la sociedad, por tanto, al elaborar las soluciones no debemos fijarnos únicamente en mejorar la efectividad de la policía, este problema lo debemos jugar todos con liderazgo firme y entre las autoridades y la comunidad, es tiempo que la autoridad política -gobernador y alcaldes- el Poder Judicial, Ministerio Público y Policía asuman ese liderazgo en las 10 provincias de la región. De ahí que, además sea necesario fortalecer el rol y la acción de los gobiernos locales y las instancias judiciales en particular, en el marco de una visión de política pública que sancione de manera efectiva, pero que también prevenga y reduzca la posibilidad de incidencia y reincidencia delictiva, especialmente en adolescentes.
La generación de información es clave, tanto como el fortalecimiento de la capacidad de análisis del delito y esto es competencia policial-judicial.
Para la Defensoría del Pueblo este problema de la inseguridad ciudadana merece especial atención por parte del Estado, ya que afecta una serie de derechos fundamentales. Por ello, es primordial garantizar el resguardo, protección y auxilio oportuno a la población con enfoque de derechos humanos, apelando a la capacidad organizativa de la sociedad civil, cuyo rol debe tener especial trascendencia para la vigilancia de las obligaciones y compromisos de las autoridades, así como para apoyar en acciones de carácter preventivo, sin que se le traslade responsabilidades que son propias de los operadores estatales.
Es importante que el Estado dé muestras claras de su interés y compromiso para abordar la inseguridad ciudadana, aprovechando espacios como el del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana (Conasec), para identificar fortalezas y debilidades del funcionamiento del Sinasec, tal como se encuentra estructurado actualmente, a fin mejorar lo que resulte necesario y continuar promoviendo acciones ineludibles, como es el fortalecimiento y modernización de la policía.
Estamos a tiempo, el crimen puede tocar tu puerta.