La solución al problema del pandillaje no es solo policial, sino que tiene que atacarse las causas que generan esa violencia, sostuvo el psicoterapeuta Manuel Saravia.
Indicó que este fenómeno está asociado principalmente a la pobreza, a la falta de oportunidades para los jóvenes y a las familias fracturadas, en determinados casos los jóvenes imitan los modelos violentos implementados en el hogar y en otros casos, los adolescentes a falta de valores, se refugian en pandillas.
Afirmó que la mayoría de los integrantes de estas pandillas provienen de hogares desintegrados o de padres relacionados con la violencia.
Por ello se hace necesario hacer un esfuerzo conjunto para desarrollar programas multisectoriales, con el apoyo de las municipalidades, la policía, las direcciones de salud y otras autoridades.
“Al interior de las pandillas se copian los modelos del líder que hacen las veces de autoridad paterna y obedecen el reglamento implícito que se implantan en estas organizaciones juveniles”, anotó el especialista.
Recomendó por ello ejecutar programas de trabajo en las zonas focalizadas con ayuda de la policía.
“Allí se deben implementar programas de salud, talleres ocupacionales, generar puestos de trabajo, orientación psicológica y otros programas sociales con la finalidad de reinsertar a los jóvenes a la vía legal” enfatizó.