No, no estamos a favor de ninguna de las dos administraciones en la Universidad Nacional de San Martín. Pero es necesario y urgente un cambio en quienes hoy se encuentran en los cargos directores de esta casa de estudios, por los probados casos de corrupción en los que habrían incurrido, que evidencian además el mal uso del presupuesto.
Nuestra Universidad Nacional de San Martín no obstante, volvería a tener a un rector con el apellido de quien empezó toda la historia de corruptela. Se trata de un Quinteros García, quien tomando en cuenta la situación tan comprometida de su apellido, no debía aceptar la postulación, menos aun perseguirla.
Menos aun, los docentes que supuestamente luchan por la limpieza de esta casa de estudios permitir que esto suceda. Dice Mari Medina que Aníbal Quinteros quiere limpiar su apellido, pero dice el dicho que “gallina que come huevo, aunque le corten el pico”. Aníbal Quinteros se encuentra en procesos judicializados por participar de hechos de corrupción, así que aquí no debe existir carta blanca de los medios de comunicación y menos de la sociedad civil.
Pero que los talibanes tienen que irse, de eso no cabe duda. Primero lo primero y luego a exigir una comisión de la verdad que investigue a todos.