Cierta noche fui a comprar en la tienda La Inmaculada y al acercarme a la vendedora del sector de carnes le dije: ¡Quiero dos pechos tiernos, agradables y grandes! Inmediatamente, la señorita me contestó: ¡Disculpe, señor, mis pechos no están en venta y no se los puede llevar! Repliqué: ¡Qué pena! ¡Son de la clase que me apasionan! Después de esta ocurrencia ambos nos reímos a carcajadas y, obviamente, los clientes, quienes se habían ganado el pase.
Quiero destacar el hecho de que en el supermercado La Inmaculada siempre los clientes reciben buena atención lo que quiere decir que las personas que trabajan en ese negocio saben empatizar con la gente, son amigables, nos regalan un buen trato y esa sonrisa siempre a flor de labios, lo que no ocurre en muchas instituciones públicas donde la gente siempre para con su cara de sargento. Y lo digo a pesar que el propietario no nos caiga simpático, de quien no soy amigo ni enemigo, tema que, francamente, no me interesa en absoluto.
Del extranjero, le llega a mi hermano Humberto Segundo valiosísima información sobre la historia de Tarapoto y de la región. Y quien le proporciona es un ciudadano descendiente de una ilustre familia tarapotina. Nunca he visto tanta generosidad, tanto desprendimiento y vocación para compartir, cuando hoy impera el cálculo, el apropiarse de información y ocultarlo, el plagiar estudios y proyectos para presentarlos como suyos. La información que estamos obteniendo viene desde el siglo XVIII, que no se encuentra en ningún archivo regional ni municipal. El tema es que no hemos creado una cultura archivística porque a casi todos les interesa el éxito, el prestigio, ser ´competitivos´ y exitosos, antes que ser competentes. ¿Me explico? Un casito: ¿Alguna vez le han dicho a usted que no tiene el perfil para el cargo? ¡Mire usted cómo terminan los que dizque ´tienen el perfil!
Coincido con mi hermano Humberto Segundo, quien es un acucioso investigador archivístico, en que entre las diez personalidades del siglo XX de la región San Martín, están el ingeniero Ulises Reátegui Morey y el Dr. Víctor Manuel Arévalo Delgado. Curiosamente ambos estaban emparentados y eran líderes de dos grupos de fuerte oposición y ascendencia: los reateguistas y los arevalistas, tema que desarrollaremos en otros capítulos. También incluiríamos a los escritores Francisco Izquierdo Ríos y Jenaro Herrera. ¿Y los otros? Pues vamos a generar un debate para completar la relación, porque los nombrados sí deben estar. Intentaremos oficializar el caso coordinando con nuestro congresista César Villanueva Arévalo y el Gobernador Regional, Víctor Manuel Noriega Reátegui. Ojalá a la iniciativa no le cambien de nombre, para dejarme sin piso, lo archiven, porque… ¡Así estamos!
La iniciativa del Parque Central se encuentra en el Proyecto Especial Huallaga Central y Bajo Mayo, a donde fue derivado después que la Municipalidad Provincial me comunicara que el Gobierno Regional tiene interés en el caso. Confieso: confío en el Proyecto. Cualquiera de estos días retomo el tema, porque no podemos perder tiempo y el no construir el parque será una nueva oportunidad perdida. Pero, les advierto: ¡Cuidado con las desinformaciones que les puede llegar; pues anda por ahí un tipejo que desde hace veinte años me viene jorobando, difamándome, desinformando para que no me den trabajo, y haciendo lo imposible para sacarme del juego…!