Cuando no terminábamos de indignarnos por un hecho que se había convertido en costumbre en el Congreso de la República, gastar el dinero en electrodomésticos, en un momento cuando el Ejecutivo pide austeridad e incrementa impuestos a todos los peruanos, nuestros “padres de la patria” solicitaban frigobares, televisores, hasta cafeteras para su despacho, ahora, podemos seguir indignándonos, no podemos dejar de hacerlo, pues sale a luz la compra de rosas importadas por más de 84 mil soles.
Esta compra, bajo el nombre de “Servicio de atenciones protocolares”, no se realiza para todos los congresistas, es solo para decorar durante un periodo de 48 semanas las oficinas del presidente del Congreso Luis Galarreta, así como de la primera y segunda Vicepresidencia, de Mario Mantilla y Richard Acuña.
La verdad es que, con cada destape que se hace de las compras de nuestro Congreso, el desencanto se hace más fuerte, y el nivel de desaprobación seguramente aumentará.
Y no olvidemos la compra de turrones, el año pasado, para repartir a los fieles del Señor de los Milagros, que la verdad, no hay justificación para este tipo de gasto.
Los congresistas han salido a decir que quienes realizan las compras son los administrativos del Legislativo, pero no recuerdan que, quienes hacen las solicitudes son ellos.
Una y otra vez, turrones, frigobares, televisores, rosas… gustitos que quisieran tener muchas organizaciones e instituciones de salud y educativas, para mejorar no solo la anemia, sino para que los cerebros tengan mejor raciocinio en el futuro.