Se ha escrito mucho sobre la lactancia materna.
Y es que el acto de dar de lactar no es simple proceso mecánico.
Es, quizás, lo mejor que una madre le puede ofrecer a su niño durante toda su vida.
No hay (y dudo que en el futuro haya), un producto que siquiera llegue al 50% de la calidad de la leche materna.
Hay muchas ventajas para el niño lactante y también para la madre que da de lactar.
Mencionaremos algunas de estas ventajas.
LA LACTANCIA MATERNA PROTEGE A LOS NIÑOS DE DESARROLLAR ASMA
El asma alérgica ha crecido en las últimas décadas, debido a cambios en los factores ambientales, la exposición a los antígenos ambientales durante la infancia reduce la probabilidad de desarrollar la enfermedad.
Los antígenos ambientales son todas aquellas sustancias que pueden despertar la respuesta alérgica en un niño (químicos, bacterias, virus, polen, humo).
La lactancia materna ayuda a proteger a los niños contra el asma alérgica, según un estudio de la Universidad de California en San Francisco (Estados Unidos) que se publica en la edición digital de la revista Nature Chemical Biology.
Los alérgenos del aire pueden pasar de la madre al niño a través de la leche materna, lo que crea una tolerancia al alérgeno en el bebé.
El asma alérgica afecta a 300 millones de personas en todo el mundo y se caracteriza por obstrucción de las vías respiratorias en respuesta a la exposición a alérgenos.
En un estudio se investigó en un modelo diferencial si la exposición a un alergeno ambiental (la ovoalbúmina), durante el periodo de lactancia, afectaba al desarrollo de asma en las crías.
Los resultados mostraron que la ovoalbúmina era transferida de forma eficaz de la madre al neonato a través de la leche, conduciendo al desarrollo de tolerancia inmunológica (bloquea la respuesta alérgica).
LA LACTANCIA MATERNA REDUCE EL RIESGO DE CÁNCER DE MAMA EN MUJERES QUE TIENEN SU PRIMER HIJO DESPUÉS DE LOS 25 AÑOS
La protección se manifiesta tanto en aquellos tumores estrógeno positivo (tumores dependientes o estimulados por la presencia de estrógeno en la sangre) como para los que no expresan este receptor.
La lactancia materna podría disminuir el mayor riesgo de cáncer de mama invasivo en mujeres que tienen su primer hijo tras los 25 años, según un estudio dirigido por la Universidad de California del Sur, que se ha hecho público durante la reunión anual de la Asociación Americana sobre Investigación del Cáncer que se celebra en Los Ángeles (Estados Unidos).
Según los investigadores, los embarazos antes de los 25 años y tener muchos niños protege contra el cáncer de mama (que expresan o tienen receptores de estrógeno y progesterona), pero no en el caso de aquellos menos habituales que no expresan estos receptores.
La lactancia materna parece, sin embargo, proteger frente a ambos tipos de tumores de mama.
Los investigadores analizaron datos de mujeres de 55 años o más, incluyendo 995 pacientes con cáncer de mama invasivo, que participaron en el estudio CARE sobre experiencias anticonceptivas y reproductivas de las mujeres.
Los resultados previos del estudio han mostrado que la edad de menos de 25 años a la que se produce el primer embarazo y tener cuatro hijos o más está asociado con un menor riesgo de cáncer de mama.
La lactancia materna parece tener un efecto protector independientemente de cuándo las mujeres comienzan a dar a luz.
Deseamos remarcar que tener el primer hijo después de los 25 años está asociado con un mayor riesgo de cáncer de mama negativo a los receptores hormonales.
Según los investigadores, los resultados sugieren que las mujeres que tienen niños después de esta edad pueden reducir su riesgo de cáncer de mama al elegir dar de mamar a sus hijos.
LA LACTANCIA MATERNA NO EVITA QUE SE ADQUIERA SOBREPESO DESPUÉS DE LOS 5 AÑOS O EN LA VIDA ADULTA
La alimentación exclusiva con leche materna durante los primeros seis meses evita la obesidad hasta los cinco años, pero después no existe asociación significativa.
La lactancia materna no evita que los niños adquieran sobrepeso en años posteriores de su vida, según un estudio de la Escuela de Medicina de Harvard en Boston (Estados Unidos) que se publica en la edición digital de la revista International Journal of Obesity.
El estudio contradice la directriz de los Centros de Control de las Enfermedades de los Estados Unidos que promueven el amamantamiento como una estrategia para controlar la obesidad infantil, con el objetivo de prevenir la obesidad en la adolescencia y la vida adulta.
Los investigadores, dirigidos por Karin B. Michels, evaluaron la salud de 35.000 enfermeras que trabajaron en los Estados Unidos durante un periodo de 12 años, entre 1989 y 2001.
Las madres de dichas enfermeras fueron entrevistadas sobre sus hábitos de lactancia cuando las enfermeras eran bebés.
Al eliminar los posibles factores de confusión sociales, los investigadores descubrieron que ser alimentadas mediante lactancia materna no tenía efecto sobre el índice de masa corporal (IMC) de las participantes en su vida adulta.
El estudio descubrió que si un niño era exclusivamente alimentado mediante la lactancia durante más de seis meses tenía en cierta medida una forma corporal más delgada a los cinco años, pero esta asociación no continuó en la adolescencia y la vida adulta.
Hay que considerar que después de los 5 años intervienen una serie de factores que pueden condicionar el aumento de la obesidad: tipos de alimentación (aumento de alimentación con “comida chatarra, alto en grasas saturadas), sedentarismo (uso y abuso de celulares, tablets, computadoras, televisión), etc.
Los autores sugieren que, aunque la lactancia promueve la salud de la madre y del hijo, es improbable que participe de forma importante en el control de la epidemia de obesidad que viven países occidentales.
Dr. HÉCTOR PEREDA SERNA – PEDIATRA
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