El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, denunció una conspiración para sacarlo del poder en el que se mantiene desde enero de 2007 y tildó de golpistas a los obispos quienes actúan como mediadores y testigos del diálogo nacional.
Según Ortega, los obispos dejaron en evidencia sus intenciones “golpistas” cuando le presentaron una propuesta para superar la crisis, que incluía adelantar las elecciones generales para marzo de 2019 y reestructurar el Estado.
El Episcopado propuso a Ortega, el 7 de junio pasado, adelantar los comicios generales de noviembre de 2021 al 31 de marzo de 2019, sin que él pueda presentarse a la reelección, para superar la crisis, lo que, según el mandatario, lo “sorprendió” y se dijo: “(Los obispos) están comprometidos con los golpistas”.
“Me duele mucho decir esto, porque le tengo aprecio a los obispos, les respeto, soy católico”, señaló Ortega, quien observó que dentro del Episcopado hay obispos con posiciones de mayor confrontación y otros más moderados, “pero lamentablemente siempre se impone la línea de la confrontación, no de la mediación”.
Por tanto, Ortega descalificó a los obispos como mediadores del diálogo porque, a su juicio, “tomaron partido”, están comprometidos con los “golpistas” y promueven el levantamiento de “sectas satánicas”.