Estaba trabajando en mi casa, cuando mi señora llegó de Saverna, una ciudad a seis kilómetros del lugar donde vivimos, en Alsacia. Hablamos de todo y de nada. Nos propusimos a almorzar, como un día cualquiera.
Miré al reloj de la cocina, y eran las doce con cincuenta minutos. Unos instantes más y estaremos sentados a ver las noticias en la televisión… en eso mi mujer verifica qué informaciones de último minuto, había recibido en su Ipad. Me dice incrédula: “Hay por lo menos diez muertos en Francia, debido a un ataque, presumiblemente, terrorista”. Y yo le respondí: “¡Qué va mujer! En otras partes, pero no aquí”.
Dije eso, por no querer aceptar la realidad. Prendimos la televisión y ahí estaba la noticia, en nuestras narices. Me quedé paralizado, frío, sin reacción. No podía creerlo.
Dos hombres, bien armados, han atacado esta mañana la oficina del periódico Charlie Hebdo en París. Doce personas, de los cuales dos policias, han sido asesinadas de una manera sanguinaria. A eso de las once y media, dos hombres, hacen irrupción en el lugar de trabajo de los colegas de este medio de comunicación.
Al fugarse, los dos hombres que estaban con vestidos oscuros y con pasamontañas, dejan la desolación y la muerte. Según algunos testigos, gritaban, estos terroristas: “El profeta está vengado” (haciendo alusión a las amenazas de muerte a los periodistas de este medio de comunicación por haber publicado, hace algún tiempo, algunas caricaturas del profeta Mahoma) y vociferando “Alá es grande” (Al lahu-Ackbar)
A las 12h50, el presidente de la república francesa, François Hollande, presente en los lugares de este execrable crimen, declaró que se trata de un atentado terrorista, “no caben dudas”, añadió. Dijo también que el plan Vigipirate ha sido elevado de nivel, es decir “Alerte attentats”: el nivel más alto de la lucha contra el terrorismo en Francia.
La Casa Blanca, ha condenado este ataque, a las 13h50, diciendo que toda la Casa Blanca está solidaria de las familias de todos aquellos que han sido asesinados o heridos en este horrible ataque. Fueron las declaraciones del portavoz del Presidente Barack Obama, Josh Earnest.
Por su parte, el Consejo Francés del Culto Musulman (C.F.C.M.), a las 13h55, ha condenado también enérgicamente, este acto bárbaro, contra la democracia y la libertad de prensa.
Son cerca de las dos de la tarde, y estoy escribiendo este artículo para el Diario Voces de Tarapoto. Bajo el signo de la emoción van tomando forma los párrafos.
Como saben, queridos lectores, soy peruano de nacimiento y moriré peruano. Pero también tengo la nacionalidad francesa. Es mi calidad de hombre de información y de ciudadano de este país, que escribo estas líneas. Francia, país de la Libertad, de la Revolución Francesa, de los enciclopedistas, du Siècles des lumières, de la Declaración de los Derechos del Hombre. Francia, patria de Voltaire, este gran filósofo nos ha legado, a la posteridad, lo siguiente: “No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo”.
Creo en el debate de ideas. A nuestra época, matar, asesinar a alguien porque no piensa como uno, es una cobardía, es una bajeza, una acción cavernaria digna de seres que no tienen ninguna pizca de sabiduría humana, menos divina.
No, y mil veces no. Los terroristas, los fanáticos, los extremistas, los fundamentalistas de todos los bordes, no pasarán. Los que creemos en la Democracia, las libertades fundamentales de todos los hombres, mujeres y niños, estaremos presente en esta lucha sin merced contra los enemigos del género humano.