
Se celebró el premio The Best de la FIFA en Londres, y Perú estuvo entre los ganadores de la gala. ¿Suena raro? Pues no tanto, basta decir que el premio fue a la mejor afición basado en lo exhibido por la hinchada peruana en el Mundial Rusia 2018. Hace poquito nomás vimos una versión espectacular de los barristas nacionales dejando el alma en las graderías de los estadios rusos donde la Selección de Perú se midió con Dinamarca, Francia y Australia.
Ya se sabía, desde que clasificábamos a la Copa del Mundo (tras largos 36 años de espera) que el interés en nuestra Selección Peruana era tendencia. En términos locales lo vivimos desde el que podríamos llamar “fenómeno Panini” (todavía duele recordar todo lo invertido en coleccionar las figuritas del álbum). Se conocía que muchos compatriotas irían hasta Rusia a alentar a la blanquirroja. Pero, nunca imaginamos esas intensas postales de entusiastas hinchas que respaldaron al equipo dirigido por Ricardo Gareca.
Hasta los franceses, a la postre campeones del mundo, confesaron haberse sentido visitantes ante el clamor del aficionado peruano. Fue un respaldo incondicional, aún en los peores momentos y un comportamiento cívico correctísimo, aunque en este último apartado las hinchadas de Japón y Senegal también dictaron catedra. The Best reconoce más la fidelidad del hincha de Perú que nunca calló y aplaudió a su selección incluso el día de su eliminación en fase de grupos.
La premiación de la elite futbolística mundial, llevada a cabo el 24 de setiembre, otorgó el galardón a la hinchada oficial de Perú: La Blanquirroja. Sus miembros dijeron estas palabras “este trofeo es para todos los peruanos, en especial para nuestros hermanos de La Blanquirroja a la cual pertenecemos y que hizo que todo esto sea posible. Gracias a nuestras familias porque apoyaron nuestra pasión en las buenas y en las malas, siempre estuvieron con nosotros. Ellos son nuestros mejores hinchas”.
Pero, ¿Por qué entonces en el Perú el comportamiento de los hinchas es cada vez más violento? Balaceras, muerte de un oficial de la Policía, peleas entre barristas, sanciones a las barras, y antecedentes mortuorios que nos remiten a un hincha empujado a la muerte desde un palco y a una universitaria lanzada desde una couster por un enajenado seudo aficionado. Acaso se aplica la vieja frase esa de “candil de la calle, oscuridad de su casa”. La verdad que cae a dedo para esta situación, en Rusia fuimos lindos pero en el Perú somos unos inadaptados.
Explicaciones hay muchas, pero en esta columna grafico un par. La gente que pudo financiarse el viaje a Rusia (que incluía un periplo por las tres ciudades donde la Selección Peruana jugaba) es por mera estadística un grupo socioeconómicamente más culto y se presume más cívico. Esta explicación es la que parece tener un buen grupo de opinologos, pero además de tener un claro sesgo prejuicioso puede ser debatible al recordar que la violencia también se refleja en los sectores más privilegiados de barras populares como las de Alianza Lima, Universitario de Deportes y Sporting Cristal. Este columnista sostiene que afuera nos da vergüenza comportarnos como lumpen. Debemos luchar por subir nuestro nivel, y empezar a amar más “nuestra casa”.
Volvamos a los premios The Best, esta vez para volver a elogiar a Luka Modric (premiado como el mejor, tras haber recibido hace poco el reconocimiento de la UEFA). Y, volver a lamentar la ausencia de Cristiano Ronaldo y Lionel Messi a una premiación donde se podía predecir no serían las vedettes del día. Conductas de divos, justo lo que conocemos como otra falta de civismo.