Tanto tiempo hemos tenido la misma percepción, todos por igual, incluso hasta los más pequeños crecían con ese chip de desconfianza hacia los productos “made in China”. Este país con una de las economías emergentes más prominentes del mundo, ha logrado su desarrollo no exactamente en el posicionamiento de marcas sino en la venta por volumen y productos con características básicas a precios bajos; la calidad no había sido uno de sus objetivos para sus empresas, bueno… al menos hasta ahora.
Recordemos que cada vez que sale un iPhone nuevo en el mercado, seguro encontraremos un “Chiphone” o “iFon” con casi las mismas características que el teléfono de Apple (pero sin el sistema operativo, por supuesto), esto se da debido a que la fabricación de estos dispositivos de la empresa de Cupertino se hacen justamente en ese país del Asia y… ¡esperen!, ¿no que todo lo que se hacía en China era de mala calidad? Bueno, lo diferente de esta escenario es que todo producto de Apple se diseña bajo parámetros que salen desde la misma empresa en Estados Unidos y por un tema de reducción de costos de mano de obra se hacen en China, pasando luego por un control de calidad exhaustivo por la empresa de la manzana.
Cambios y más cambios han sucedido en esta parte del orbe; en comparación a otros grandes competidores asiáticos como Japón y la gran percepción de calidad y garantía que tiene la gente en cuanto a cada producto que viene de ese país, China se ha sentido con una deuda inmensa desde el punto de vista de marketing para atraer consumidores ya no por productos de baja calidad, sino de marcas importantes que le generen valor a las personas y tratar de transformar esa idea de “cero beneficios” que todavía tiene el mundo sobre ellos.
Y por si fuera poco, un gigante asiático ha venido haciéndose camino en los mercados a nivel global, Corea del Sur, con Samsung (el dolor de cabeza más grande para Apple) , LG (el dolor de cabeza más grande para los japoneses Sony y Panasonic), Hyundai, Kia y SsangYong, solo para mencionar algunas marcas, han penetrado en muchos mercados, compitiendo con los actores más importantes en cada categoría. Si vivimos en la era del valor, muchas de estas empresas asiáticas han apostado por ese camino, pensando en generar productos de muy buena calidad y al mismo tiempo pensando en la economía de la gente.
A pesar de las fluctuaciones negativas para este país (crisis que llegó a su punto máximo en 2015), si revisamos la revista Forbes encontraremos al Banco Industrial y Comercial de China (ICBC) como la empresa de mayor rentabilidad a nivel global, seguido por el Banco de Construcción de China (CCB) en segundo y el Banco de Agricultura de China (ABC) en tercero, estos datos vienen siendo los mismos desde hace ya varios años, sin embargo, los escenarios que he venido mencionando líneas arriba sobre algunas marcas que han venido haciéndose campo en cuanto a competitividad y posicionamiento, han hecho que este país empiece a preocuparse por desarrollar grandes marcas que puedan también jugar un papel importante en la vida de la gente de ahora en adelante.
Las tecnológicas Lenovo, Huawei, ZTE y Xiaomi; o las de automóviles JAC, Chery y Great Wall son solo algunos ejemplos de las nuevas opciones que China ha venido trabajando y posicionando, ¿será que poco a poco iremos depurando esa percepción que teníamos sobre los productos de este gigante asiático? Si bien es cierto, la competitividad en esta vorágine comercial hará que China siga mejorando sus ofertas comerciales, todavía persiste esa percepción de “producto malo”.
OJO con India
En el mismo escenario se encuentra India, quienes lento pero seguro, han ido trabajando propuestas interesantes en el rubro automotriz y hasta en la salud, desarrollando equipos médicos de alta tecnología para apoyo al diagnóstico, compitiendo incluso con los reyes en calidad en cuanto a tecnología de máxima resolución se refiere, hablo de los productos alemanes.
La globalización ha trascendido todas las industrias, volviendo realidad escenarios que quizá nunca nos imaginábamos, llegará el día en que todo habrá cambiado y será momento de ver el mundo desde otra perspectiva, con nuevos actores comerciales liderando mercados en lugares donde nunca antes habían llegado, también hemos de despedir a grandes marcas queridas y dar pase a muchas otras nuevas.