La partida de Herzt Indalecio Vidal Jiménez, gerente regional de Control de San Martín de la Contraloría General de la República, motivó una sentida vigilia la noche del jueves en los exteriores de la morgue de Morales, donde colegas y amigos se congregaron para rendirle homenaje. El funcionario falleció de manera repentina mientras cumplía funciones de supervisión en el caserío La Unión, en La Banda de Shilcayo.
El ambiente estuvo marcado por la emotividad y la fe, reflejada en oraciones y cantos religiosos que acompañaron el encendido de velas en memoria de Vidal Jiménez. Para los asistentes, no solo se trataba de despedir a un funcionario público, sino de honrar la vida de una persona que dejó huellas en cada espacio donde trabajó y compartió.
Durante la jornada, algunos de sus compañeros recordaron pasajes de la convivencia diaria en la Contraloría, destacando su cercanía con el personal y la sensibilidad que demostraba ante las necesidades de cada trabajador. “Su calidad humana fue lo que más nos marcó. Siempre encontraba tiempo para escuchar y aconsejar”, señaló uno de los asistentes.
El recuerdo de Vidal Jiménez como padre también estuvo presente. Allegados resaltaron su dedicación a la familia y, en particular, a su hija, con quien mantenía un vínculo estrecho pese a las exigencias de su cargo. Para muchos, esa faceta lo convirtió en un ejemplo de responsabilidad y amor incondicional.
La vigilia concluyó con un compromiso colectivo de mantener vivo su legado, tanto en lo profesional como en lo personal. Sus compañeros reafirmaron que continuarán su labor de fiscalización con el mismo empeño que él transmitía, mientras que amigos y familiares coincidieron en que su recuerdo permanecerá como inspiración para las futuras generaciones en la región San Martín. Por: Hugo Anteparra