Una mujer que llegó al Hospital Rural de Papaplaya con un fuerte dolor de vesícula estuvo en serio riesgo debido a la falta de atención inmediata, luego de que el personal de turno se encontrara ausente, porque supuestamente habían salido a almorzar. El hecho ha generado indignación entre los moradores de la zona y preocupación en las autoridades locales por la evidente vulneración del derecho a la salud.

La paciente, proveniente de la localidad de Santa Sofía, tuvo que viajar una hora y media en peque-peque, una precaria embarcación fluvial, para buscar atención médica urgente. Según relataron sus familiares, llegó al establecimiento ayer por la mañana en estado crítico, con dolor intenso e imposibilidad de seguir navegando debido a la gravedad de su malestar.
Sin embargo, al arribar al establecimiento de Salud, se encontraron con que no había personal disponible para recibirla de inmediato. La demora generó momentos de angustia, pues la paciente continuaba empeorando y gritando de dolor, ante la impotencia de sus familiares.
Minutos después, el personal retornó de su hora de almuerzo y recién entonces se iniciaron las acciones para estabilizar a la paciente y coordinar su eventual traslado. Familiares y pobladores denunciaron que este retraso puso en grave riesgo su vida, considerando que el dolor de vesícula puede evolucionar rápidamente hacia cuadros más severos.

Los moradores de ese distrito solicitaron una investigación inmediata a la Dirección Regional de Salud para determinar responsabilidades y garantizar que ese hospital cuente con personal disponible durante todo el horario de atención. Advirtieron que situaciones como esta evidencian las dificultades que enfrentan las comunidades rurales y fluviales para acceder a servicios médicos oportunos y seguros. Por: Hugo Anteparra



