Si las sábanas hablarán, sin duda destaparían nuestros secretos más pecaminosos y es que en la cama uno tiene las verdaderas maratones, aquellas que nos despojan de todo, sin piedad, sin vergüenza, con calma y con cautela, calculando el valor que le podemos añadir a lo que estamos ejerciendo. Todo lo que vale, cuesta.
Hasta las situaciones que generan placer tienen un costo. Todo en la vida se resume al valor que uno se le pueda dar. Hoy que los valores se han tirado por los suelos, todo tiene un costo, empezando por la corrupción, aquella que cobra en cheque y en fajos gordos de billetes verdes.
Ser profesional y aspirar a convertirse en alguien de éxito es difícil, fijar un precio a tu servicio en un mercado lleno de empirismo, es aún un reto complicado de derrotar y lo digo por experiencia. Tan claro como el agua, el mundo de las Comunicaciones es el espacio más relegado en el mercado, es considerado por muchos una carrera sin importancia y otros confundidos no saben de qué se trata y siempre se llega a la conclusión más fácil: “Comunicador es igual a empirismo” y eso es algo totalmente falso, porque un Comunicador Social, es un profesional con capacidad para desenvolverse en ramas profesionales como: Relaciones Públicas, Marketing, Comunicación Corporativa, Comunicación para el Desarrollo, Periodismo, Locución, Producción Audiovisual, entre otros. ¿Una larga lista, cierto?
Apuesto que muchos pensaban que un Comunicador Social es igual a un periodista empírico o simplemente es la persona que está sin oficio y que le gusta hablar por el micrófono, diseñar un logo, tomar fotos y de paso apoyarte con ideas. Piensan que son personas a las que puedes pedir favores sin costo, porque su profesión es fácil (según algunos).
Me ha costado mucho lidiar con personas que tienen ignorancia y confusión con la carrera profesional de Ciencias de la Comunicación, un tiempo dejé que eso no me incomode y que mi trabajo habla por sí solo, pero eso me resulto egoísta, especialmente cuando empecé a enseñar en la universidad a jovencitos que están apostando por la carrera y es por esos jóvenes con gran talento que es necesario aclarar y puntualizar el valor de la carrera, porque hoy por hoy: Somos más haciendo las cosas bien.
La idea no es creer conflicto, sino todo lo contrario, es expandir horizonte y campo laboral, dar la importancia a la carrera tan excitante como Ciencias de la Comunicación, aquella que es indispensable y te lo digo por qué: Cuando quieres que lleguen clientes a tu negocio, acudes a un Comunicador que te asesore con estrategias de publicidad y marketing. Para que se conozca las actividades que desarrolla una institución pública, acudes a un Comunicador para que te asesore y desarrolle estrategias de promoción. Para que tu marca impacte, acudes a un Comunicador. Y así la lista se alarga y todo recae: En un Comunicador.
Y como todo depende de un Comunicador, es necesario que entiendan que el trabajo de esa persona tiene un valor y eso deben entender los empíricos que ponen precios por debajo de lo que cuesta el servicio y termina logrando que el trabajo del resto valga solo 50 soles a mucho, cuando debería costar 100 veces más. Y aquí encaja la frase: ¡Lo barato sale caro! Si se quiere calidad y resultados, acude a quien sabe hacerlo, porque esta es la única manera de ordenar las cosas. “Zapatero a su zapato” y colorín colorado.
Yo cobro bien porque disfruto haciendo lo que me gusta, es un placer tan rico que quiero repetirlo siempre. Todo tiene un precio en esta vida ¿Estás dispuesto a pagarlo?
Y tú ¿Cuánto cobras?