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domingo, abril 20, 2025
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Una elección virulenta

Esta segunda vuelta será recordada quizás como una de las campañas más virulentas de las que se tenga memoria. Una elección que nos ha llevado a extremos impensados de ataques y agresiones hasta entre el propio círculo familiar. Consulto a personas con un mayor recorrido en estos temas y manifiestan no haber vivido lo que se está viviendo ahora. Las redes sociales intensifican esta manera de hacer política y han desarrollado una curiosa “valentía” para propinar insultos detrás de una pantalla, que no la tendrían al confrontar ideas frente a frente. Así vemos cómo twitter es un aluvión de insultos entre muchos que ni se conocen, y el facebook es otro de peleas entre muchos que sí se conocen.

La llamada “fiesta democrática” ha pasado a ser una guerra donde ya no importa la discusión alturada y el intercambio de ideas, y solo importa la facción a la cual apoyas (porque hay que decirlo, en la situación actual, son dos grupos, cada uno con sus respectivas mochilazas). Y todo esto ha sacado lo peor de nosotros. Nunca como ahora se vio a la gente mostrarse con todas sus miserias y sentirse orgullosas de ello. A cada rato se ven videos de personas cada cual a su estilo condenarnos a los infiernos si es que votamos de tal o cual manera. Esto nos está llevando a una situación donde la convivencia social será dificilísima.

Pero con un ánimo de “llevar la fiesta en paz”, ¿es saludable que las personas pasen por alto las mentiras, el insulto y demás agravios para que no haya confrontación? Juan Manuel Robles dice en Hildebrandt en sus 13 que no tiene sentido una convivencia así, ya que con la persona que agravia y comparte mentiras hay diferencias éticas

insalvables. Uno no puede pasar por alto eso, ya que esa persona está atentando contra un valor supremo de la democracia, que es la libertad. Uno puede opinar de lo que quiera pero siempre dentro de los límites establecidos. Todos sabemos la diferencia entre libertad y libertinaje y al que transgrede la convivencia se tiene que hacerle notar el hecho (que entre en razón ya es otro tema). Todo esto nos llevará a una situación en que, como dice el escritor Robles, de todas maneras nos pelearemos.

Recuerdo un sketch cómico de hace muchos años atrás del programa norteamericano Saturday Night Live. En ella un grupo de amigos se reunía a tomar unas cervezas, hablaban de deportes, de música, de amores. Y cuando entraban al tema político o del racismo, el cielo se oscurecía, sonaba una música de fondo que indicaba tensión, y alguno de ellos decía: “¡cuidaaaaadoooo!”, en el sentido de que era un tema controversial y que no se debía hablar. Era muy gracioso realmente y visionario también referente a la situación actual tanto en ese país como el nuestro.

Este 7 de junio tendremos un nuevo presidente o presidenta, y esperemos que toda esta vorágine vivida en estos últimos meses dé paso a una vigilancia atenta de lo que harán nuestros gobernantes y, si se puede, para analizarnos como personas en esta dura etapa que nos tocó atravesar como país. (Comunicando Bosque y Cultura).

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