Ya no hay tiempo, nuestra única salida es protegernos
Poco servirán más camas UCI, más plantas de oxígeno, medicinas y el esfuerzo y dedicación de unos pocos, si no tomamos real conciencia de que LA VIDA de nuestros hijos, padres y abuelos están en peligro por nuestra IRRESPONSABILIDAD.
Hoy es el tiempo límite de cuidar la salud por encima de todo ya que todo retardo, desobediencia o simplemente relajo: se pagará en vidas humanas
La situación sanitaria en las provincias y regiones de nuestro país, es crítica. Ya no se trata de anticiparse a una posible saturación de unidades de terapia intensiva, porque esto ya se está ocurriendo.
En dos semanas, el porcentaje de camas de cuidados intensivos en la casi todos los centros Hospitalarios de la Región han colapsado. Cualquier proyección realizable indica que en los próximos días la situación pude empeorarse.
Como ya lo han indicado los médicos especialistas que laboran en San Martín, a eso debe sumarse el desgaste físico y psíquico de trabajadores y trabajadoras cuyo conocimiento no puede reemplazarse como un respirador.
El promedio de edad de los internados bajó a 30 a 50 años. El incremento de casos en menores de 20 años también es inocultable. Superamos con creces el pico de contagios de la primera ola.
Estos datos tan crudos, con anuncios de muertes incluidos, se vuelven difíciles de asimilar para la población. Las autoridades deben tomar plena conciencia de la gravedad del momento.
El punto crítico en el que entramos no deja lugar para ninguna especulación política, para ninguna disputa partidaria, para ningún interés sectorial.
Necesitamos de manera urgente que el Gobierno Nacional y todas las jurisdicciones provinciales y municipales sin excepción apliquen decididamente las máximas restricciones de circulación para dar tiempo a la campaña de vacunación.
Debe aplicarse una estricta suspensión de actividades con aislamiento preventivo y obligatorio en las zonas con mayor riesgo epidemiológico. Pero para que esta suspensión sea efectiva, el Gobierno Nacional y todos los gobiernos provinciales deben garantizar el apoyo estatal para quienes no puedan ejercer su trabajo por este período. Es preciso que los alimentos lleguen a los sectores sociales más afectados y que se destinen fondos presupuestarios para ello, desde todas las jurisdicciones, porque tampoco se puede enfrentar la pandemia con hambre.
Hoy es el tiempo límite de cuidar la salud por encima de todo ya que toda dilación se pagará en vidas humanas. Es imperioso, entonces:
Convocar una mesa de expertos que señalen las pautas de alarma para tomar medidas estrictas. No opiniones, sino datos concretos con criterio científico. Sin partidismo, la ciencia debe estar a la altura de las necesidades del pueblo.
Generar un diagnóstico detallado por distritos y provincias que permita ir monitoreando el comportamiento de la pandemia en todo en la región y actuar en consecuencia.
– Evaluar, de acuerdo a la experiencia de países como Alemania, Uruguay, Francia entre otros, el límite de contagios por 100.000 habitantes para el cierre de actividades en forma detallada, puntual, temporal y acompañada. Estas medidas deben ser unificadas en los territorios y no fraccionadas.
– Generar un sistema de comunicación permanente a la población, con criterios unificados, claros y conducentes, que explique la evolución de los casos y las decisiones adoptadas porque las medidas tendrán un impacto positivo rápido en la población.
Las decisiones, una cuestión de vida o muerte para todos
El director de la Organización Mundial de la Salud pidió este miércoles a todos los ciudadanos que piensen en sus elecciones diarias sobre el COVID-19 como “decisiones de vida o muerte” y apeló a la responsabilidad individual para acabar con la pandemia de COVID-19.
“La pandemia ha afectado la vida de miles de millones de personas. Muchos han estado en casa por meses. Es completamente comprensible que las personas quieran seguir con sus vidas. Pero no volveremos a la «vieja normalidad». La pandemia ya ha cambiado la forma en que vivimos nuestras vidas. Parte de adaptarse a la «nueva normalidad» es encontrar formas de vivir nuestras vidas de manera segura”, explicó Tedros Adhanon Gebreyesus.
“Mientras el virus siga circulando todo el mundo está en riesgo, pero se puede vivir de manera segura de acuerdo con el lugar y las circunstancias”
“Se trata de tomar buenas decisiones. Estamos pidiendo a todos que tomen las decisiones sobre dónde ir, qué hacer y a quién ver como si fueran decisiones de vida o muerte; porque lo son. Puede no ser tu vida, pero tu elección puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte de alguien a quien amas o de un extraño”, dijo.
“Hay muchas cosas que las personas quieren hacer ahora, que queremos hacer nosotros también, pero no son cosas necesarias para mantener a nuestra familia viva y sana. Tenemos que hacer algunos sacrificios por los trabajadores esenciales que se ponen en riesgo cada día para ayudar a los negocios a sobrevivir, y por los trabajadores de salud. Tenemos todos un papel que cumplir y tomar decisiones basadas en el riesgo”, añadió.