Otra vez, la entrega de una obra en San Martín se posterga a “solicitud” de la constructora, quien pide unos días más, sin importar que los beneficiarios se vean perjudicados.
En esta oportunidad, los padres y las madres de familia del Colegio Juan Jiménez Pimentel, deben esperar unos días más para recibir la nueva infraestructura.
Desde el año pasado, los estudiantes esperan iniciar sus clases en nuevos y modernos ambientes acondicionados a los requerimientos necesarios; sin embargo, otra vez, tendrán que esperar unos días más, sin tener la seguridad que al 12 de marzo, día señalado por el Ministerio de Educación para el inicio del año escolar, puedan ocupar estos espacios vitales para ellos.
Las postergaciones, lo único que hacen es dejar en evidencia, el débil control de las entidades del Estado ante el cumplimiento del cronograma de las obras.
Los factores climatológicos, son un perfecto pretexto para solicitar el incremento de días para que puedan entregar las obras dentro del cronograma establecido y es que en San Martín es una constante, hay muchas obras, por no decir todas que no se entregan en el tiempo determinado en los contratos firmados por consorcios que ya son conocidos por este tema.
El 20 de febrero es la nueva fecha de entrega, a esto hay que agregar el levantamiento de observaciones y el informe final por parte de la comisión de recepción de estas obras.
Ese mismo día, los padres, las madres y la dirección del plantel, visitarán otra vez la infraestructura, solo un uno por ciento falta para la culminación de la obra y nadie entiende que en más de dos meses no se haya podido cumplir.
No sé si la ineficiencia viene solamente de esos consorcios, también es responsabilidad del Estado de no poner mano dura y hacer cumplir compromisos. Al final los beneficiarios siguen siendo la última rueda del coche.